El sábado pasado, 8 de marzo, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Resulta extraño que, con la historia que existe detrás, haya gente que se dedique a decirnos a las mujeres:»¡Feliz día de la mujer!» o «¿Por qué no hay un día del hombre?» o, como ha hecho algún adolescente que otro, felicite a su profesora porque como es mujer y será madre, pues «feliz día».
Pero, ¿realmente sabemos qué sucedió un 8 de marzo? ¿Conocemos el motivo por el cual se eligió este día, y no otro, para celebrar el día internacional de la mujer?
A través del siguiente poema se explica:
Un día 8 de marzo
hace muchos años ya,
fue en un taller textil
Boston era la ciudad.
Mujeres reivindicaban
horario y justo salario,
la tela malva colgaba
de las barras del telar.
La impaciencia del patrono
mandó incendiar el local.
El fuego cerró sus bocas
y aquel grupo de mujeres
no volvió a opinar.
Como seña de este hecho
algo quedó en el local,
el trozo de tela malva
que colgaba del telar.
Desde entonces las mujeres
recuerdan este día ya,
para reinvindicar su causa,
derechos, libertades y trabajo en igualdad.
(Josefa Casanova, «Cambiemos la historia. Canarias.
Material didáctico para trabajar la igualdad).
Se trata de una conmemoración, no es una celebración festiva. Consiste en un recordatorio para que, desgraciadamente, no se nos olvide que tenemos que seguir trabajando todos los días del año, para lograr la igualdad entre los hombres y las mujeres. Porque esta lucha no se debe quedar en un sólo día.
Determinadas personas pueden pensar que esta celebración se la inventaron las feministas para reivindicar el lugar superior de la mujer por encima del hombre. Pero se encuentran muy equivocadas.
Hablando ayer con adolescentes sobre la diferencia entre machismo y feminismo, hubo un chico que dijo algo que me llegó, porque tiene toda la razón del mundo, en mi opinión. Les explicaba que el machismo es una corriente que aboga por la superioridad del hombre por encima de la mujer (a grandes rasgos) y que, por el contrario, el feminismo es una corriente, o movimiento político creado en los años 60, que lucha por conseguir la igualdad entre los hombres y las mujeres, desechando las diferencias marcadas por los roles y estereotipos de género. El chico me dijo que, entonces, el feminismo no se debería llamar así, porque por el nombre parece que está refiriéndose a la superioridad de la mujer; que quizás sería mejor llamarlo «igualitarismo». Yo le contesté que tenía toda la razón.
Creo que lo importante es ir descartando todas aquellas muestras de machismo que aún hoy, en el siglo XXI, siguen existiendo.
En el blog Las 3 calaveras enumeran una serie de comentarios, actitudes y aptitudes que demuestran que una persona es machista sin saberlo. Os animo a que lo leáis.
http://1blog3calaveras.com/eres-machista-y-no-lo-sabes/
En estos días (desde el domingo concretamente), la sociedad, o por lo menos yo, estoy esperando la reacción de los dirigentes (sí, porque la inmensa mayoría son hombres)tras la emisión del programa de Salvados que contaba la historia de la Capitana (en la actualidad Comandante) Zaida Cantera.
Fue una historia que me estremeció completamente. Tengo que reconocer que lloré de rabia ante tanta impunidad, tanta dejadez, tanto sufrimiento, tanto machismo y pasotismo.
En el siguiente enlace se puede ver parte del vídeo (creo que no es completo) del programa del día 8 de marzo:
Quizás podría dedicar un post únicamente a hablar de Zaida y de su caso. No lo descarto, la verdad.
Os traigo un ejemplo del machismo sutil, de los micromachismos que aún existen en una sociedad avanzada, presuntamente, como la nuestra, la española, que se ha podido ver esta mañana en la sesión de control al Gobierno. Se estaban pidiendo explicaciones a nuestro Ministro de Defensa en relación al caso de Zaida Cantera. La contestación de este hombre no tiene despercidio. Una muestra más de que la igualdad entre hombres y mujeres sólo se encuentra, de momento, en el papel y que no se hace realidad. Una muestra de que es más cómodo seguir mirando hacia otro lado y lanzar la piedra y criticar y acusar a otras personas, en lugar de dar la cara y reconocer que se hizo rematadamente mal.
http://politica.elpais.com/politica/2015/03/11/actualidad/1426067482_853577.html