Ya he comenzado este curso escolar a impartir talleres sobre igualdad y violencia de género. Ya he dialogado con varios/as adolescentes y la inmensa mayoría consideran que los celos son una muestra de amor, ni siquiera se plantean que sea una muestra de inseguridad por parte de quien los demuestra.
Hace algunos años, los celos eran la justificación que la sociedad (representada por los medios de comunicación) daba ante los asesinatos cometidos por los maridos. Se denominaban crímenes pasionales. Sí, pasión a la hora de asestar unas decenas de puñaladas en el cuerpo de la mujer, pasión a la hora de apretar el gatillo, pasión a la hora de sujetar un hacha y asestar un golpe. Sí, pasión.
La pasión se tiene que demostrar en los besos, en los abrazos, en las horas de conversación implicándote con la otra persona, en las noches, en los días,… Pasión por compartir momentos con la persona a la que quieres. Eso es pasión, lo otro, son las ideas machistas de una sociedad patriarcal y androcéntrica que considera, aún, que la mujer es un objeto que tiene que ser controlado, sometido, a la que «hay que atar corto» no siendo que piense demasiado y lo abandone, lo deje solo. Porque ése es el miedo de la persona que siente celos o siente «pasión»: el miedo a la soledad, a no llevar la voz cantante, el no ser el todo y el centro para la otra persona.
Una persona que conozco decía que él no tenía novia, sino que tenía a una compañera de viaje. Una persona que había decidido compartir con él este viaje llamado vida. A día de hoy, sigue con esa compañera y son padres.
En el siguiente enlace aparece un artículo publicado en el diario nacional El País donde nos hablan de los celos.
http://elpais.com/elpais/2014/11/21/eps/1416593429_192765.html