Free Palestine

N. ha ido a la ONU y varias personas representantes de distintos países se han levantado dejándolo con un palmo de narices.

N. tiene la caradura de, en la franja de Gaza, poner vehículos con altavoces para que su discurso sea escuchado por la población que queda allí.

N. impide la entrada de ayuda humanitaria y las personas que quedan en Gaza no tienen alimento que llevarse a la boca.

La situación es tan insostenible, que Médicos del Mundo ha abandonado el territorio por seguridad ante el ataquel indiscriminado por parte del ejército de N.

N. tiene tanto «miedo» que es capaz de mandar drones a atemorizar a una flotilla compuesta por personas de diferentes países que quieren llevar ayuda a quienes sobreviven como pueden en los territorios bombardeados por N.

Pero N. siempre va impoluto en sus apariciones, con un traje, bien peinado y, parece, biena alimentado.

A veces pienso que hemos vuelto a la Edad Media o se está haciendo realidad el juego del Risk que mencionaba Tontxu en una de sus canciones más populares, pero, en esta ocasión, salimos del tablero y se usan drones, bombas, tanques, etc.

Tengo que decir que cualquier tipo de violencia será condenada por mi parte.

No soy capaz de entender que los conflictos, del tipo que sean, deban ser resueltos a través del ejercicio de la violencia. Habría que buscar otras maneras de solucionar los problemas que surjan.

Habría que trabajar por erradicar el egoísmo y las ansias de poder, de querer más a costa, en este caso, de la vida de personas.

Doy gracias por haber nacido donde lo he hecho, por vivir donde vivo (sobre vivienda ya escribiré). Pero, a pesar de esto, no puedo mirar hacia otro lado, porque sigue doliendo.

¿Qué puedo hacer yo?

Exigir a quienes pueden hacerlo, que actúen con mano firme, alzar la voz por todas aquellas personas que intentan sobrevivir en un lugar devastado, dar visibilidad a aquellas que están a pie de campo tratando de ayudar, de apoyar…

No, no podemos mirar hacia otro lado.

Lo que le ha pasado a N. en la sede de la ONU tiene que repetirse de nuevo, pero a gran escala. Un aislamiento global firme. Un cordón de ayuda.

Aunque pensemos que no podemos hacer nada, ya lo decía Eduardo Galeano: personas pequeñas, en lugares pequeños, pueden hacer grandes cosas.

Las que faltaban

«Las que faltaban» son todas aquellas que lucharon y vencieron, porque, aunque a ojos de otras personas no lo hicieran, sí es cierto que consiguieron mucho más de lo que nos pensamos y es una victoria.

«Las que faltaban» son las mujeres del pasado y del presente a las que silenciaron o a las que tratan de silenciar, ocultar su trabajo, sus logros.

«Las que faltaban» son las mujeres que se dedican a la cultura en todas sus vertientes, al deporte en todas su variantes, a la ciencia, a la enseñanza, a ocuparse de la casa propia y ajena, son las madres, las abuelas, las tías, las amigas, las hermanas de aquí y de allá, …

«Las que faltaban» somos todas y cada una de nosotras.

«Las que faltaban» vuelve en su tercera temporada para seguir dando voz, para seguir haciendo reflexionar y para cuestionar todo y nada.

Empezamos el viernes 10 de octubre a las 18.00 en Radio Oasis, la radio comunitaria salmantina.

Ya estamos confirmando participantes para ser entrevistadas. También continuaremos con «el rincón de Sole» donde Soledad Murillo hará su particular reflexión sobre el tema que tratemos en el programa. Y habrá alguna que otra novedad. Todo ello aderezado por música.

No os lo podéis perder.

Avisad a vuestra amiga, a vuestra vecina, a vuestra madre… Todas y todos seréis bienvenidas.

Ser humano

Galicia nos volvió a demostrar que hay que tenerlo bien atado todo, que no hay que dar las cosas por supuestas (nunca) y que las estadísticas están para dar una confianza irreal que se torna en una sorpresa de realidad, dándole la vuelta a la tortilla.

Esto que ha pasado, a quienes confiamos en el progreso, en el avance y volver al Estado de Bienestar en todo su esplendor, nos desanima y nos deja el cuerpo roto.

Tenemos que darnos cuenta que, aunque hablemos de unión y alianza, resulta que nos fragmentamos y miramos nuestro propio ombligo, sin querer reconocer que la unión hace la fuerza.

Me resulta difícil confiar en el ser humano. Ese ser humano que, en su mayoría, sale a la calle con la marea blanca reclamando lo público, pero que se queda en casa cuando hay que dar el voto a la continuidad o al cambio.

Es complicado creer en el ser humano cuando, a pesar de salir a limpiar las playas contaminadas, se decide mirar hacia otro lado cuando le roban en «su propia casa» quien dice velar por su seguridad y comodidad.

Somos capaces de «llorar» por las esquinas por nuestra mala suerte, pero seguimos (o siguen) votando a los mismos, a quienes han creado su feudo a golpe de talonario y son capaces de comprar casi todo para mantener su poder y sillón, dándoles igual la gente. Se iban a morir igual y no sabes lo que me gusta la fruta.

Esa gente que se cree ese discurso manido es quien se equivoca de enemigo y otorga su confianza a quien no mira por el interés del prójimo para hacer una sociedad más habitable, más deseable, más cómoda.

Un discurso que cala tan hondo, que lava tanto el cerebro, que resulta un trabajo titánico y prolongado en el tiempo revertirlo. Porque revertir el problema, parece ser, es un trabajo individual, en lugar de colectivo.

¿Debemos confiar en el ser humano?

Me resulta difícil responder a la pregunta después de lo acontecido en tierriñas galegas.

Pero, a pesar de todo, seguiremos luchando por lo que creemos que es el verdadero progreso y lo que es justo y necesario para toda la sociedad. ¿Te apuntas de verdad?

Radio

Recuerdo asistir a Radio Oasis (la radio comunitaria de Salamanca) para que me entrevistaran por mi trabajo en Adavas Salamanca.

A partir de ese momento, se hizo una sección en el programa «Candil de nieve», el cual ya no está en antena.

Acudir a otras emisoras, no era lo mismo que en Radio Oasis. Y he asistido a varias.

Hubo que hacer un parón por tiempo, por necesidad, porque ya no era el momento…

Y, ahora, retomamos.

Un proyecto propio de la mano de un compañero que me ha dado la oportunidad.

Es cierto que llevaba tiempo detrás de mí, para hablar de sus ideas y yo daba largas porque no estaba en el mejor momento, porque surgían otras cosas, porque… Vete tú a saber.

Al final, esa reunión tomando un refresco se ha tornado en un programa quincenal en la radio salmantina, de barrio, para hablar de temas que me apasionan, interesan, por los que trabajo.

«Las que faltaban» es un programa radiofónico para hablar de feminismo, de igualdad, de educación, de cultura, de arte, de emprendimiento, de política, de la amistad,… Es un programa necesario, como me dijo Alfonso, y que es importante tener en nuestra ciudad.

Le propuse que fuera quincenal para no quemarme. No le podía asegurar que semanalmente yo estuviera en condiciones de ofrecer un buen programa.

Vuelvo a la radio con ilusión y ganas. Es algo que me gusta mucho. Es un programa a nuestra medida.

Este viernes 6 de octubre se emitirá el primero de ellos, que aunque grabado, no quita el nerviosismo de lo nuevo y del primero. Su hora de emisión, de forma excepcional, será las 22.00. Un programa especial por la persona a la que entrevistamos y que formará parte del programa cada quince días con una pequeña sección.

El 20 de octubre volveremos a las 18.00 que será nuestro horario habitual. De nuevo con una entrevista joven, llena de cultura ;-), de arte, de teatro, de propuestas…

Así, dos programas mensuales hablando de noticias, de lo que importa, de tratar de cambiar la sociedad para que sea más igualitaria y justa. Ponemos nuestro granito de arena para que se produzca ese cambio.

Privilegios

Privilegio: exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.

Machismo: actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.

Patriarcado: organización social primitiva (y no tanto) en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aún lejanos de un mismo linaje.

Si unimos estos tres conceptos, ¿qué nos da? El mundo del fútbol y todos los satélites que le rodean.

Esperábamos con ansia la asamblea extraordinaria de la RFEF en la que, ya se anunciaba el día anterior, se iba a comunicar la dimisión del actual presidente y, quizás, del seleccionador del equipo femenino.

Bueno, pues, rodeado de sus palmeros, jaleadores, bufones, papanatas, cagalindes, zurcefrenillos, etc. el actual presidente de este organismo que representa a este país en el mundo del fútbol, se ha reído en nuestra cara y ha dicho que de dimisión nada de nada.

Ha culpado al «falso feminismo» del revuelo causado tras la celebración, siempre consentida, que se realizó tras la victoria de las CHICAS de la selección de fútbol. Porque quienes hicieron todo el trabajo fueron ELLAS. Las campeonAs son ELLAS.

En el discurso que se ha realizado ante quienes han asistido a la asamblea, estando sus dos hijas presentes, ha hecho alarde del título de machismo que ostenta, relatando, punto por punto, todo contra lo que lucha el feminismo (que no es lo contrario a machismo, cuidado). Él se convierte en víctima y ella es tildada de mentirosa porque, en una conversación que debió de suceder en su cabeza (por lo que se ve en las imágenes), presta su consentimiento para darse un «pico» como muestra de la emoción y euforia que le embargaba a él tras tratar de calmar esa excitación tocándose sus partes pudendas en el palco ante la presencia de la reina y la infanta. Todo un acto de diplomacia y saber estar de un representante de un órgano oficial que representa a este país llamado España (léase el sarcasmo, por favor).

Pero ese «falso feminismo» al que él ataca se ha unido más que nunca y se muestra fuerte y unido. Declara abiertamente (yo misma lo hago) su apoyo incondicional no sólo a Jenni Hermoso, que ha sufrido en sus carnes, de forma pública, un acto de abuso de poder, sino a todas las jugadoras de la selección femenina de fútbol actual y quienes no volvieron a ella por decir las cosas claras.

Jenni Hermoso ha dado un paso adelante respaldada por su equipo de representación y su sindicato. Pero también está respaldada por el resto de sus compañeras y, entiendo, que amigas y por algunos de los hombres que han dicho alto y claro que no aguantan más comportamientos de trogloditas como éstos. Han sido pocos los que en las redes sociales se han posicionado claramente del lado de Jenni Hermoso, pero tienen un gran valor ejemplarizante para la juventud y el resto de la sociedad.

Este señor del Cromañón no sale más reforzado de esta asamblea, sino que sale más cuestionado no sólo en España, sino también en el extranjero. Quizás podemos decir que aunque grite hasta la saciedad que no dimite, está siendo perseguido de cerca para inhabilitarle y sancionarle por todo lo que se ha podido ver el pasado domingo 20 de agosto.

Además, el discurso que da en la asamblea es después de compartir un vídeo en el que trata de disculparse, sin éxito, por cierto, pero que también demuestra el nivel de machismo que existe dentro de él.

Como diría Octavio Salazar: Rubiales es el hombre que no deberíamos ser.

«Querido» (léase de nuevo el sarcasmo), no te equivoques. No has ganado absolutamente nada, las feministas, esas a las que tú englobas dentro del «falso feminismo que es una lacra» de este país, están en bloque, a muerte con Jenni Hermoso, con las jugadoras de la selección y con todas las mujeres que, en algún momento, nos hemos encontrado con algún Rubiales en nuestra vida. Esto que estamos demostrando se llama sororidad, apoyo incondicional. No nos van a volver a callar, no nos van a silenciar hombres como tú que nos amenazan con denuncias vacías por decir lo que realmente ha sucedido.

Ya lo explicaba en mi artículo de esta semana en Noticias Salamanca donde hablaba de las machiruladas (enlace a continuación). https://noticiassalamanca.com/firmas/machiruladas/

Estamos más que hartas de encontrarnos a hombres como tú y que nos manden callar, nos llamen histéricas o locas. No lo somos, lo sabemos. Hombres como tú nos vais a encontrar de frente, vamos a luchar por erradicar esas actitudes machistas que emborronan el avance de esta sociedad hacia la igualdad real y efectiva.

Como dijo el presidente del Gobierno en funciones: esto demuestra que aún nos queda mucho por hacer.

Tengo claro que esto no va a quedar así. Tengo fe en que se van a tomar las medidas oportunas para que no vuelva a suceder y que, en mi opinión, son que tanto tú como el resto de tus palmeros salgáis con el rabito entre las piernas para hacer una limpieza profunda en un área que huele demasiado a machismo.

Como siempre os hemos demostrado que valemos, que podemos y somos capaces de conseguir muchas cosas a pesar de hombres como tú.

Sabes donde tienes la puerta. Y como no te quieres ir, ya nos ocuparemos de echarte.

Ladies y fútbol

A veces, el tiempo, por mucho que queramos estirarlo, no nos da para llegar a todos los lugares y tenemos que priorizar.

En ocasiones, por mucho que te guste algo, por organización, por tiempo, por X, no lo puedes hacer cuando te apetece y lo vas postergando.

Pero, existen momentos en los que es necesario poner límites, aunque luego estés rumiando que tenías que haber hecho, que tenías que haberlo dejado pasar, que tenías que…

Ayer fui al teatro con amistades. Tuve la suerte de disfrutar de una obra de teatro a la que le tenías ganas. La fortuna quiso que llegara a mi ciudad y que me acordara de comprar las entradas (apuntarlo en la agenda también ayudó bastante).

No defraudó. Fueron dos horas y media de auténtico espectáculo visual, sonoro, emocional.

«Ladies football club» es una obra de teatro (bajo la dirección de Sergio Peris-Mencheta) que nos acerca a la historia de las mujeres de principios del siglo XX de la Inglaterra de la guerra.

Lo que narraba, a través de un grupo de 11 mujeres inglesas que trabajaban en una fábrica mientras sus «hombres» estaban en el frente, es lo que cuenta también Carlos Beltrán en su libro «Prohibidas pero no vencidas» sobre las mujeres en el deporte.

«Ladies football club» son dos horas y media de historia, de feminismo, de narración, de música y voz en vivo y en directo. Nos cuenta para que no olvidemos lo invisibles que hemos sido las mujeres; como la historia se aprovecha de nosotras y, cuando ya no somos «necesarias», nos vuelve a poner en nuestro rol en el ámbito privado, condenándonos al ostracismo de nuevo.

Son dos horas y media de representación que no tienen desperdicio. Cada minuto es necesario (a pesar de lo que le escuché a un «joven» al finalizar la representación) para contextualizar el momento, para situarnos en la historia, para conocer los motivos de lo que se hacía y de lo que se hizo después.

Cada minuto, cada frase, cada historia, cada canción es necesaria para recordar lo que hemos vivido las mujeres a lo largo de la historia, lo que hemos conseguido y gracias a quién, y lo que tenemos que seguir luchando para no retroceder en exceso.

El grupo de 11 mujeres hace una actuación maravillosa. Sus voces son espectaculares. La escenografía… no tengo palabras. Compruebas parte de los entresijos de la farándula teatrera, el trabajo que se desarrolla, el esfuerzo físico, mental…

Actrices conocidas por otros trabajos, nuevas actrices de las que tenía dudas, pero que me han encantado. Voces sublimes acompañadas por cada nota musical con música en directo(piano, violín, guitarra española y armónica). Coreografías simétricas. Unión de 11 mujeres para trasladar una historia y que nos hicieran poner la carne de gallina.

Ovación final de largos minutos. Público en pie. Narración de historia para no olvidar la historia que nos quieren hacer olvidar.

¡Larga vida al teatro!