Duele…

Las pérdidas duelen. Da igual el valor que tengan en tu vida, si algo se va, si algo o alguien desaparece, durante un tiempo, duele. En mayor o menor medida, pero es así. Nada podemos hacer para que esto no suceda, es algo inevitable; si no sucede de este modo, es que no tienes sangre en las venas o es que estás hecho de hielo y tu corazón es frío.

Lo que más duele es la pérdida de personas queridas. Da igual que sean familiares o amistades, da igual la edad que tenga, da lo mismo si es algo esperado o no. Siempre, siempre, cuando alguien se marcha, duele en lo más profundo del corazón y del alma.

Siempre tratas de evitar ese dolor, pero es algo inevitable. Piensas que era lo mejor, que no tenía una calidad de vida adecuada, que se había convertido en una persona totalmente dependiente y que era una obligación su cuidado, quizás. Pero cuando llega el momento, cuando te das cuenta que ya no hay vuelta atrás y que lo que no quieres que suceda, va a suceder, duele. Y no te esperas lo esperado y las lágrimas inundan tus ojos, porque el llanto no hay que contenerlo y es una forma de expresar esos sentimientos que luchan por salir al exterior. 

¿Por qué no podemos llorar? ¿Por qué tratamos de contener esas emociones que tenemos en nuestro interior?
Si no somos capaces de mostrarlas, si las guardamos y las contenemos, llegará un momento en que explotarán y no sabremos gestionarlas, las personas de nuestro entorno no sabrán qué nos pasa y no sabrán cómo ayudarnos.

Fuera frases tipo: «Deja ya de llorar», «Tranquílizate, era inevitable», «No llores más»… Lloraré cuando quiera, de la manera que me dé la gana y pararé cuando esté seca por dentro, cuando deje de doler y ya no sienta esa opresión en el pecho. 
Cuando lloras, liberas tensión, estrés y comienza a inundarte la paz poco a poco.

Cada persona pasa el duelo de manera diferente. Unas personas lo superan antes que otras, lo gestionan de formas diferentes… Pero aprendes a vivir, aprendes que la vida sigue, que nada se detiene y que debes aprender a vivir con la ausencia, porque tú sigues acá y el mundo no se paraliza, sino que sigue su curso. El presente es el momento, el ahora, este preciso instante…

Las pérdidas duelen, siempre. Y seguirán doliendo hasta que ya no te des cuenta. Te seguirás acordando de la persona, pero siempre recordarás lo bueno, los recuerdos bonitos, aunque momentáneamente se encoja un poquito el corazón y el alma comience a llorar. Pero es normal.

Duele…

En la radio…

Dentro de las distintas actividades que realizo con ADAVAS Salamanca, se encuentra la colaboración con otras asociaciones o entidades. No sólo la impartición de talleres y charlas en institutos y colegios, sino también colaboramos con distintos profesionales realizando cursos de formación sobre violencia de género, agresiones sexuales y abusos sexuales y damos charlas para concienciar sobre esta temática.


Como siempre, el mes de noviembre de 2015 fue bastante movidito. En la semana de conmemoración del 25 de noviembre (día contra la violencia de género) nos llamaron para colaborar en dos programas de radio:
 El martes 24 en Cadena SER Salamanca, dentro del programa de Santiago Juanes, para hablar sobre la violencia de género y los adolescentes. Tanto mi compañera Charo como yo, dimos nuestra opinión sobre la situación de la violencia de género en la juventud y escuchamos, atentamente, las opiniones expresadas por algunos alumnos y alumnas del IES Vaguada de la Palma de Salamanca.

El miércoles 25 colaboré en el programa de radio infantil «Menuda Voz» que se realiza en Carbajosa de la Sagrada (Salamanca). Un espacio radiofónico donde los protagonistas son los niños y las niñas y no existe guión.  Durante una hora, más o menos, fui sometida a un interrogatorio (y mis compañeras de mesa también) sobre la violencia de género. También pudimos escuchar el manifiesto que se había leído por la mañana y se entregaron unos premios a quienes habían participado en el certamen de narración y dibujo contra la violencia de género. Fue una experiencia preciosa que espero poder repetir.

Os adjunto dos enlaces relacionados con «Menuda voz». En el primero podréis escuchar mi participación en el programa de radio. En el segundo os permite acceder al blog que han creado, donde se pueden ver, a través de imágenes y texto, las distintas colaboraciones que han tenido.
http://www.ivoox.com/programa-radio-sobre-violencia-genero-audios-mp3_rf_9593037_1.html

No miremos hacia otro lado

Según el Observatorio de Violencia, cada 7 horas una mujer es violada, con penetración, en España. De este modo lo indican los últimos datos aportados por el Ministerio del Interior. En el mes de diciembre se cifró en más de 1.300 las violaciones registradas anualmente. Por el contrario, la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas amplía la cifra en más de 7.000 al año. A nivel mundial, en Inglaterra y Gales, aproximadamente, 85.000 mujeres son violadas todos los años.

La OMS dice que 1 de cada 3 mujeres será víctima de abuso físico o sexual durante su vida. A diario, las mujeres son insultadas por su sexualidad, su apariencia o su comportamiento. Esto demuestra que el machismo, en todas sus formas, sigue estando muy presente en esta sociedad del siglo XXI.

El diario.es ya lo plasmó en un vídeo, publicado en febrero de 2015, donde nos mostraba esos micromachismos que están ahí, pero que nos pasan desapercibidos. Pequeños comportamientos que dan por supuesto determinadas actitudes y roles y que perjudican tanto a hombres como a mujeres. 
Hace unos días, finalizando ya el 2015, todo el mundo se hacía eco de un vídeo, convertido en viral, que forma parte de una campaña, creada por la ONG noruega Care, para hacer conscientes, también a los padres, de que hay ciertas bromas que no se pueden admitir; pues pueden llegar a ser el inicio de algo mucho más grave.

La historia que se relata es «sólo» eso, una historia de ficción, pero que puede ser muy real. 

La lucha contra la violencia, pero concretamente contra la violencia de género pues se trata de una lacra social que se está llevando por delante a muchas mujeres y dejando huérfanas y huérfanos a miles de niñas y niños, es algo que nos atañe tanto a hombres como a mujeres. 
Es primordial que los hombres se impliquen en la lucha para poder crear hombres con otra mentalidad, para que no se les pase por la cabeza llamar «puta» a ninguna chica, ni siquiera en broma. En concreto, el mensaje que se quiere transmitir con esta campaña, es que los padres son, y deben ser, buenos modelos, tanto para sus hijos como para sus hijas, así como que deben tomar una postura activa contra la violencia de género.

La campaña noruega pone de manifiesto la necesidad de implicar a los hombres en la lucha contra la violencia contra las mujeres. Se les está llamando a adoptar cero tolerancia hacia la violencia de género y a transmitirla en la educación de sus hijos e hijas. El objetivo que se ha propuesto es prevenir la violación a mujeres y niñas, concienciando sobre todas las formas de abuso que vive la mujer a lo largo de su vida.

Pero también quiere concienciar a las mujeres, mandándoles un mensaje a aquellas que sean testigos o víctimas de algún tipo de abuso, aunque se crea que es mínimo, para que se muestren impasibles y denuncien.

En el siguiente enlace podéis acceder a la visualización del vídeo, en inglés con subtítulos en castellano:

https://www.youtube.com/watch?v=cdwZbbL_-2M

Ponen a nuestra disposición los medios para luchar contra la violencia de género, para luchar contra la violencia que se ceba con el sexo femenino simplemente por pertenecer a él y por considerar, parte de la sociedad, que la mujer tiene que ocupar un espacio bastante reducido, centrándose sólo en el ámbito privado. 
Si tenemos los medios, las armas legislativas, usémoslos de forma consciente, de forma racional y de un modo unido, no independientemente.

En un titular publicado por la Cadena Ser en noviembre de 2015 se decía: «Siete mujeres asesinadas por violencia de género en tan sólo una semana». Pero es que hemos comenzado el 2016 «muy fuerte». Como dice otro artículo del diario nacional El País publicado el 8 de enero: «Tercer caso de violencia machista en 2016 en tan sólo cuatro días».

Y me pregunto yo… ¿Es hora de implicarnos? o, ¿mejor seguimos mirando hacia otro lado?
Yo creo que, como en todo, la responsabilidad es tanto de hombres como de mujeres. Ahora, decides tú.

Y entonces… el vacío

Comenzamos el año con un montón de propósitos, buenos o regulares, eso da igual, pero propósitos al fin y al cabo. 

Tenemos el firme propósito de adelgazar porque nos hemos pasado con la comida en las distintas reuniones familiares y de amistades que hemos tenido en estos 15 ó 20 días, nos proponemos salir a correr, andar, ir al gimnasio… en definitiva, movernos más para no caer en el sedentarismo que no es lo mismo que el senderismo, queremos cambiar algo de nuestro carácter para que la vida y nuestras relaciones sociales y personales sean mejores, nos proponemos ser más felices, cuidar de las personas que nos rodean, etc. etc. etc. (Añadid los vuestros si queréis). 

Pensamos en cumplir una serie de objetivos en el futuro a corto, medio o largo plazo y nuestras actividades se enfocan a conseguir eso, y no nos damos cuenta que hay que vivir el presente, que no importa lo que hicimos el año pasado, pues ya está hecho y no lo podemos cambiar. Tampoco importa lo que vayamos a hacer dentro de unos días porque podemos cambiar de opinión o, simplemente, se nos cruza por el camino otra propuesta más interesante y la tomamos. No somos conscientes que hay que vivir el hoy, sin preocuparnos en exceso por el mañana. Ya lo decían en El Club de los Poetas Muertos: Carpe diem amigo.

Puedes tenerlo todo organizado, de forma milimétrica, saber qué hacer en cada minuto o segundo de los próximos días, pero algo puede ocurrir que te trastoque absolutamente todo. Una llamada, un mensaje, un abrazo, una sonrisa,…

Puedes recibir una noticia que te tambalee, que te haga tomar unos minutos para asimilarla y que te haga plantear si has hecho las cosas bien o las podías haber hecho mejor, si está en tu mano cambiar lo que ha sucedido o es mejor dejarlo estar. Empiezas a pensar: «Y si…», «Si hubiera estado…», «Si hubiera dicho…», «Si… Si…». Sisi Emperatriz (como dice un amigo). Cuando suceden las cosas hay que afrontarlas, identificar los sentimientos que tienes, colocarlos en el estante adecuado y comenzar a gestionarlos con calma y tranquilidad. Tras esto, hay que tomar las decisiones que creas convenientes. No nos vale ver las opciones a toro pasado.

Hoy he recibido una noticia que me ha dejado fría en un primer momento pero, después, he tenido que parar un segundo para asimilar el mensaje. Tras esto, no he sabido identificar que me pasaba por la mente y por el corazón. Mi alma se ha encogido, mi corazón se ha tambaleado y mi cabeza ha empezado a funcionar mucho más deprisa intentando encontrar un motivo, una razón, una causa, una justificación.

Siempre he oído decir que cuando la cabeza no está bien, da igual la ayuda que te presten, si no quieres salir adelante no sales. 
Estoy leyendo el libro de Irene Villa Saber que se puede y, a lo largo de él, habla de la importancia y del poder de la mente para superar obstáculos y adversidades. Si la cabeza no está bien, no puedes enfrentarte a las cosas, no eres capaz de salir adelante y seguir viviendo. Te encuentras al borde de un abismo y, de repente, … el vacío.

Ante los problemas, es muy importante y necesario tener una red de apoyo a tu alrededor que no te deje caer o, si ya has caído, que te ayude a levantar, a recoger los trocitos y recompenerlos. Quizás, más importante y necesario aún, es tener la cabeza lo suficientemente fuerte y entera para que, cuando te dé el bajón, tengas la entereza suficiente para no dejarte caer más y más en un pozo sin fondo, oscuro, … y ser capaz de pedir ayuda o salir adelante por uno mismo. Pero hay personas que no quieren o no pueden tener esa cabeza fría, tan necesaria en determinados momentos, para continuar y buscar otros caminos para alcanzar la meta.