Soy una devoradora de libros. Me apasiona la lectura. Desde siempre. Ya lo he dicho en alguna que otra ocasión. Me parece una manera interesante, entretenida y divertida de ocupar tu tiempo libre y no tan libre.
Me gusta leer, pero llevo muy mal que me impongan lecturas. Ya me pasaba en el instituto con diversos libros. Hubo quien se me atragantó mucho, mucho, pero mucho, mucho, mucho y tuve que empezar el libro muchas veces: Camilo José Cela y su obra «La Colmena».
Con el paso de los años, el tiempo que se dispone para leer, desgraciadamente para mí, disminuye. Pero año tras año me propongo nuevos retos. El año pasado fue leer, mínimo, dos libros al mes. Muchos meses los superé con creces, otros, pues no. Este año he dicho que van a ser tres libros por mes, pero teniendo que cumplir unas condiciones.
El Doctorado y la tesis hiciera que leyera documentos por obligación. Unos me gustaron más que otros, algunos los disfruté, otros me parecieron horribles. Pero todo fue por completar una investigación que me encantaba y me entusiasmada.
Defendida la tesis, otros retos se me presentan. Ahora investigo por placer, leo por placer, pero sin dejar de estudiar. El feminismo ha entrado en mi vida de puntillas, sin darme cuenta y, a mis 41 años, sigo descubriendo y aprendiendo. Porque la vida consiste en eso, en aprender continuamente.
Si tienes la mente abierta, si escuchas, si indagas, si te formas tendrás diversas perspectivas ante la vida. Eso trato de transmitir en los talleres que imparto con Adavas y FAMUVI.
Me dejo aconsejar en cuanto a literatura se refiere. Dejo que me sorprendan. La inmensa mayoría de las ocasiones recibo regalos literarios que dan en el clavo y me ayudan a ampliar mi humilde biblioteca. La gente que me conoce sabe qué regalarme. De hecho, gracias a esos regalos descubrí la novela gráfica en la que me he sumergido con cuidado y seleccionando aquello que leo: desde «Quiéreme bien», regalo de mi gran amigo que habla sobre la violencia de género, hasta «Persépolis», gran tomo que tenía pendiente desde hace años, pasando por Moderna de Pueblo y su «Idiotizadas» o por «Maldita tesis», leído en el mejor momento de crisis personal relacionada con mi tesis.



Pero luego te encuentras por el camino otras maravillas que te hacen comprender mejor todo lo que ha sucedido en tu vida. Te abren los ojos ante situaciones que habías normalizado y te das cuenta de que no eres la única.
Una de las cosas bonitas del feminismo es la sororidad que te encuentras por el camino. Ese hermanamiento silencioso, pero que está ahí. Mujeres que te dan la mano y te guían, te sujetan, te apoyan… El feminismo no es una lucha individual, es una lucha conjunta. Por todas.

Es el último libro que he leído donde tocan casi todos los «palos» que preocupan al feminismo: derechos, machismo, vientres de alquiler, pornografía, prostitución, juventud…
No hace falta leer a las clásicas, como Simone de Beauvoir y su «El segundo sexo», para ser feminista. Yo es otro libro que lo tengo pendiente. Pero lo tengo que tomar con calma y tranquila, sin presiones. Igual me sucede con «El cuento de la criada». Terminaré viendo la serie antes, a pesar de la crueldad y lo fuerte que sea.
Mi filosofía ante los libros y las películas-series, es que tiene que ser el momento para leer ese vídeo o ver esa película o esa serie. Si no es el momento, no te va a llenar, no lo vas a disfrutar, no lo vas a entender y te quedarás con un mal sabor de boca.


Pero si quieres saber qué queremos las feministas, lee a Isabel Mastrodoménico: «Las feministas queremos» que se trate de un resumen de un «experimento» que se realizó a través de twitter donde las personas, sobre todo mujeres, respondíamos a la pregunta de qué queremos las feministas.
Pero los hombres también escriben y hablan sobre feminismo. También luchan codo con codo con nosotras para lograr vencer al machismo.
Octavio Salazar escribió: «El hombre que no deberíamos ser» y, ahora, presenta «#WeToo. Brújula para jóvenes feministas».
No puedo dejar de nombrar a Miguel Lorente Acosta con todos los libros que ha escrito sobre violencia de género y su blog «Autopsia». No dejéis de visitarlo.

Bueno. Creo que tenéis, y tengo, lectura bastantes meses. No dudéis de agarrar un libro, cómic, novela gráfica, tebeo, novela, libro infantil con vuestras manos, sentaros tranquilamente a la luz de la lámpara o del sol, tener cerca una botella de agua, una taza de café, de infusión o de chocolate, y transportaros al mundo que os muestra. No tengáis miedo de replantearos las cosas, de enfadaros con la autora o el autor, o con vosotras mismas, de reflexionar, de imaginar… Los libros están para eso. La lectura nos abre la mente y la puerta a otros mundos, a otras ideas. Disfrutad.