En este post me voy a hacer eco de un estudio que se ha realizado en la Universidad de Granada sobre los dibujos animados que ven nuestros/as menores. Creo que no tiene desperdicio y que debemos empezar a cuestionarnos qué es lo que queremos enseñar a nuestros chicos y a nuestras chicas, qué valores y qué roles les queremos asignar.
Aquí os dejo el enlace para que le echéis un vistazo:
La labor desarrollada con la asociación socio-cultural DiversaMente es amplia. En la actualidad, como secretaria de la misma, hay que estar más pendiente de subvenciones, entrega de documentación, relaciones con distintas instituciones, asociaciones, entidades públicas, redacción de proyectos, apoyo en las actividades de la asociación, etc.
En junio del año pasado, una de nuestras socias inició un programa en una radio de un barrio de Salamanca, en concreto, en Radio Oasis, allí se trataba sobre diversos temas siempre hablando de ellos desde distintos puntos de vista, abogando por el respeto, la tolerancia y la lindeza de la diversidad.
En esta foto, aparecemos la anterior Presidenta de la asociación, la conductora del programa y yo misma, hablando de la labor que realiza nuestra asociación en la comunidad salmantina.
Un rato muy agradable, ameno y divertido amenizado con música de distintas partes del mundo.
Mi taller de empoderamiento «Somos reinas», surge, entre otros motivos, gracias a la lectura del libro de Rosetta Forner «La reina que dio calabazas al caballero de armadura oxidada».
Normalmente, al finalizar el taller, suelo darles un corazón como símbolo del taller. Pero también, a lo largo de las distintas sesiones, trato de transmitir a «mis chicas» que ellas son unas reinas con una corona que deben llevar muy recta y que, si se tuerce, no pasa nada, nos paramos y la colocamos de nuevo bien alta en nuestra cabeza.
Como diferencia Rosetta Forner en el vídeo que comparto a continuación, existen mujeres que son damiselas y mujers que son reinas. Las primeras, las «damiselas de diadema floja», son incapaces de expresar sentimientos, de afrontarlos, de hacer y decir lo que realmente piensan. Por el contrario, las mujeres que son reinas, son capaces de decir ¡no!cuando deben hacerlo, expresan sus sentimientos, sus ideas, sus pensamientos, son capaces de dar calabazas a aquellos «caballeros» que lo único que les aportan es inseguridad, desasosiego, intranquilidad y que impiden su desarrollo personal y emocional.
Somos reinas, sí, porque somos capaces de mirar al mundo a los ojos, de ponernos «el mundo por montera» y luchar por lo que queremos, por nuestros sueños y anhelos; porque somos capaces de mirar por nosotras, de vez en cuando, de modo egoísta, porque si nosotras estamos bien, irradiamos felicidad y positivismo y, las personas que nos rodean se contagiarán de ello. Somos reinas, respetando y tolerando, pero también haciendo que nos respeten. Y, si alguien es tóxica para nosotras, somos capaces de apartarnos de su lado para continuar viviendo, aprendiendo y luchando por nosotras.
Porque siendo reinas, seremos capaces de alcanzar la luna.