Muchas veces hay que echarle morro a la vida, lanzarse para ir consiguiendo poco a poco tus sueños, lo que quieres, para acercarte cada vez más a la luna.
Y eso es lo que hice yo al ponerme en contacto con la asociación «Generando Igualdad» de Madrid.
Mi primer llamado a otra asociación de la capital no tuvo su fruto, pero la respuesta de mis compis y «amigas» de ilusiones y sueños de Generando Igualdad fue rápida y llena de ilusión y alegría. Algo que les he agradecido enormemente.
Les gustó mi propuesta del taller de empoderamiento que llamé «somos reinas». Enseguida concretamos fechas.
Y allí me planté. En una ciudad a la que le empezaba a perder el miedo, a la que respetaba y comenzaba a querer (a mi manera). Dos sesiones de dos horas en junio y otras dos sesiones de dos horas en octubre.
Mis chicas son estupendas. Son mujeres fuertes, entregadas, apasionadas, luchadoras, agradecidas, simpáticas, alegres, saben apoyarse, saben estar junto a las otras mujeres que las necesitan, saben expresar lo que sienten, lo que piensan.
No les dejé de repetir que «somos reinas» y que no buscamos «príncipes azules», sino «reyes» como nosotras, que nos sepan aceptar, querer y que quieran compartir con nosotras el camino por la vida. Como dice un amigo: buscamos compañeros/as de viaje.
Han sido dos experiencias con Generando Igualdad preciosas, maravillosas que espero que se vuelvan a repetir (creo que sí porque ellas tienen ganas y yo también).
Siempre las llevo en mi corazón, en mi mente y se me llena la boca cuando hablo de ellas, de «mis chicas».
¿Y qué decir de las técnicas que las atienden, que están con ellas? Sin palabras, realmente. Sólo puede agradecerles la ayuda que me han prestado y su simpatía y cercanía. Chicas, sois maravillosas, todas, sin excepción.
Aquí os pongo una foto que podéis ver en la página de la asociación. Son las participantes del taller «Fabricanciones» con el cantautor Rafa Sánchez, parte de mis chicas estupendas. También tienen un taller de manualidades con material reciclado. Yo tengo mi mariquilla puesta en mi frigorífico.
No puedo estar más orgullosa de mi proyecto de empoderamiento «somos reinas» y de los frutos que he ido consiguiento.
Como les digo a ellas, no debemos olvidar que todas, absolutamente todas, «somos reinas».