Cantautora

En este día de sábado, donde nos relajamos un poco más y aprovechamos a hacer las tareas que durante la semana nos son imposibles de realizar, voy a compartir a otra de mis cantautoras favoritas: Rosana. Su positivismo, sobre todo, hace que te sientas bien, que sonrías y que bailes. Esta canaria transmite e irradía luz y alegría por los cuatro costados.
La canción que comparto,»Besos», no está incluida en ninguno de sus álbumes, una lástima por cierto, pero sí la puedes disfrutar en algunos de sus conciertos.
Esta canción la he utilizado últimamente para explicarle a las niñas y a los niños los distintos tipos de besos que existen como modo de introducción para hablarles sobre los abusos sexuales.
Se quedaban alucinadas/os con todos los tipos de besos que existen, y esto es algo que me hace más fácil explicarles cuándo deben decir «no» y cuándo tienen que salir «corriendo» porque pueden estar en peligro.
En esta mañana de sábado… muchos besos para todo el mundo. 

Voluntariado

Desde noviembre de 2008 formo parte de la red de voluntariado de Cruz Roja Salamanca. Comencé en el programa de atención a las personas inmigrantes y refugiadas dentro del apoyo psicológico, sensibilización intercultural y participación ciudadana y, como no, en la parte de asesoría legal.
Mi primera intervención legal fue leerme de una sentada la legislación en materia de extranjería: la ley y el reglamento. Miles de preguntas, de dudas y, sobre todo, ¿por qué no se estudiaba en la carrera?
Al poco tiempo la ley fue modificada y volvimos a empezar. Esta vez elaboramos unas cuantas charlas sobre las modificaciones y recorrimos algunos pueblos para explicar las novedades que traía la nueva ley y todo aquello que se dejaba para la promulgación del posterior reglamento.
En este campo pude acompañar al abogado en diferentes entrevistas que mantuvo con diversos usuarios y usuarias y, así, afianzar los conocimientos que iba adquiriendo en materia de extranjería.
Dentro del apoyo psicológico participé en distintos proyectos: «las meriendas» donde se les otorgaba algo caliente, en invierno, o algo fresco, en verano, a las personas que acudían al aula activa de empleo; talleres de empoderamiento o de adquisición de habilidades sociales para enfrentarse a determinadas situaciones o superar momentos de angustia, etc.
En el proyecto de sensibilización intercultural y participación ciudadana he colaborado con diversas asociaciones de inmigrantes de la provincia de Salamanca, en cursos que se les ha impartido, les he acompañado en los distintos pasos para su inscripción en el registro del ayuntamiento y para la redacción de proyectos para presentar en subvenciones. También he realizado distintas sesiones de cuentacuentos o de actividades de sensibilización en la población salmantina.
Por ejemplo, en la Biblioteca Municipal Torrente Ballester, realicé, junto con otros compañeros y compañeras, un cuentacuentos intercultural donde narramos cuentos de diversos países (España, Colombia, Venezuela, etc.) para que los niños y las niñas conocieran palabras, animales, costumbres de estos países y no tuviesen reparo en incluir estos conocimientos en su vida diaria.
Pero también hemos realizado sesiones de cuentacuentos interculturales al aire libre o en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. En este último lugar realizamos una «fiesta» sobre México, con piñata incluida.

Los cuentos… también son una forma de expresar, expresarte, de contar historias que, en muchas ocasiones, pasan desapercibidas. 

Formulando

En el mes de noviembre, más o menos, desde la empresa de formación TFormas, me ofrecieron un nuevo reto: elaborar e impartir un curso sobre distintos tipos de violencia que pueden tener como víctimas o partícipes a la juventud e infancia. Sería un curso que se impartiría al profesorado de un instituto de educación secundaria de Alba de Tormes.
Así que, un poco por compromiso con el administrador de la empresa (y amigo) y otro poco-mucho porque me atraía la idea, me dispuse a no tener «vacaciones» en el puente de la Constitución y, mientras todo el mundo disfrutaba de unos días de descanso, yo me dedicaba a elaborar el curso para ser impartido unos días más tarde.
Creo que tuvo un buen resultado. Yo al menos estoy contenta con la elaboración y el desarrollo. Si bien es cierto que las horas presenciales se me quedaron cortas, quiero creer que el objetivo se cumplió.
Desde aquí quiero dar las gracias a Amílcar G. Pola por ofrecerme esta oportunidad y comprobar que realmente la docencia me gusta. 

Cuentacuentos lunáticos

 
«Papá, por favor, consígueme la luna» (Eric Carle, Editorial Kókinos).
Cuando éramos niñas y niños, nos reuníamos alrededor de la mesa-camilla, al calor del brasero para que nuestra abuela (o nuestro abuelo) nos contase esas historias que habían pasado de generación en generación y que habían sido modificadas por el «boca a boca». 
Historias que Perrault, Andersen o los hermanos Grimm tuvieron a bien de plasmar en el papel y que nuestras abuelas (sobre todo) consideraron que debíamos conocer y, por ello, nos las contaban.
Pero el cuento ha ido evolucionando. Seguimos narrando o leyendo las historias de Caperucita Roja, de la Bella Durmiento, de Juan sin Miedo, de las Habichuelas Mágicas, etc, pero se unen historias como la de Mónica que le pide a su padre que le consiga la luna.
Ésta historia es la que yo preparé uno de los días del rincón lúdico-creativo «Vacaciones Activas» en Semana Santa para ir abriendo boca en los/as pequeñuelos/as.

Cuando cuentas un cuento, puedes hacerlo con un libro, sólo leyendo o, por el contrario, dando la entonación adecuada en cada momento, con cada personaje que aparece; puedes adaptarlo para una sesión de cuentacuentos improvisada o planeada sin nada más que tú y las personas oyentes. Pero también puedes crear atrezzo, acompañarte de elementos como hice yo en esta ocasión. 

Para contarles el cuento de «Papá, por favor, consígueme la luna» les mostré las distintas fases de la luna que se sucedían a lo largo de la historia de Mónica.
Cuento precioso, sin duda. Y no lo digo porque esté enamorada de la luna.
 

Reincidiendo

Llevo ya algunos años, tantos como 8 casi (¡cómo pasa el tiempo!)estudiando todo lo que tenga que ver con la igualdad entre las personas, hombres y mujeres, y la violencia de género.
En mi afán de ofrecer algo distinto en mis talleres, una de las herramientas que suelo utilizar son las canciones. De hecho, en mi trabajo de fin de máster en Malos Tratos y Violencia de Género, hice una selección de canciones (pocas, la verdad) donde se hablaba de la situación que viven muchas mujeres y que, hasta hace relativamente poco tiempo, estaba oculta en el domicilio familiar.
Esta canción del grupo Reincidentes me la mostró mi hermano y la he usado estos días con la juventud del IES. Vía de la Plata de Guijuelo.
Espero que os guste.

El diario…

Todas las personas que me conocen saben de mi afición por la lectura, la cual no he perdido con el paso de los años. Lo único que he perdido es tiempo para dedicarle más minutos, pero es lo que tiene hacerse mayor.
En esta ocasión recomiendo dos libros que he leído hace relativamente poco tiempo y fueron un descubrimiento muy grato, de hecho, tengo prácticamente toda la «colección».
Se trata de dos libros de Gemma Lienas quien habla, desde la perspectiva de una adolescente, Carlota, de dos temas de «actualidad» como son la igualdad entre los hombres y las mujeres y la violencia de género. Sin tapujos, sin tabúes, esta adolescente elabora un diario donde habla de la visión de la juventud sobre estos temas y de su visión, con la ayuda de su madre, su abuela, su tía y sus amistades. 

Estos dos libros suelo mencionar bastantes a los jóvenes a los cuales les imparto los talleres para que, si les queda alguna duda sobre estos temas que no quieran compartir conmigo, con sus compañeros y compañeras, puedan resolverlas sin ningún tipo de pudor.