Radio e igualdad

Ayer comencé una colaboración mensual en una radio comunitaria de Salamanca: Radio Oasis.
Esta colaboración en el programa «Candil de nieve» se engloba dentro del programa, financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que desarrolla la Federación Nacional Stop Violencia Sexual.

La sección “La loca del ático” vuelve a inundar las ondas salmantinas para hablar, entre otras cosas, sobre igualdad, feminismo, machismo, violencia de género, violencia sexual y cómo queremos que cambie el mundo, la sociedad para que sea un espacio más igualitario para hombres y mujeres.

«La puerta violeta», Rozalén



En esta primera colaboración hablamos sobre el DEPORTE Y LA IGUALDAD.

Según la página www.psicologiaymente.net los beneficios que tiene la práctica del deporte son:
  • Produce químicos de la felicidad.
  • Reduce el estrés.
  • Mejora la autoestima y las relaciones sociales.
  • Alivia la ansiedad.
  • Previene el deterioro cognitivo.
  • Mejora la memoria.
  • Aumenta la capacidad cerebral.
  • Ayuda a ser una persona más productiva y a controlar la adicción.
Pero, junto a estos beneficios, el deporte transmite una serie de valores que son importantes que tengamos y cultivemos.

    Parad de leer unos segundos y pensad: ¿Qué valores transmite el deporte?

Todo el mundo sabe la influencia que tienen determinados deportistas, sobre todo hombres, en la sociedad.

Cómo visten, lo que comen, cómo se peinan… tiene una influencia mayúscula en nuestra población adolescente, sobre todo.

Pero también depende del deporte al que se dediquen, la diferencia es evidente. Os pongo un par de ejemplos:

En el fútbol, deporte nacional por excelencia, es bastante habitual, por desgracia, encontrar noticias de altercados antes, durante y/o después del encuentro deportivo.

Por el contrario, en los partidos de tenis, el respeto y el silencio son absolutos mientras se juegan los sets. Además, vemos muestras de solidaridad, deportividad, juego limpio y buen trato entre los jugadores y las jugadoras.

Otro deporte donde la educación y el respeto están presentes es el RUGBY.

Se encuentra “de moda”, sobre todo desde que los All Blacks fueron condecorados con el Premio Princesa de Asturias de los deportes 2017. Su famoso Haka es conocido alrededor del mundo.

Como consecuencia de esto, desde Guipuzkoa se ha creado una campaña contra la violencia en los eventos deportivos.

En la prensa la han denominado “la haka vasca” para combatir la violencia de los padres en los eventos deportivos. Anuncian que, a partir del próximo curso y antes de cada partido de deporte escolar en las distintas disciplinas, los jugadores y las jugadoras protagonizarán conjuntamente este baile para concienciar sobre los valores del deporte.



Deportistas vascos de fútbol, rugby, balonmano y hockey se han sumado a esta iniciativa impulsada por la Diputación con el objetivo de “reforzar la educación en valores y prevenir comportamientos no deseados en el deporte escolar”. Se ha bautizado como Eeentzun! (Escucha).


Lo que se puede escuchar es el siguiente mensaje que da paso a la haka que bailan deportistas profesionales y escolares:
Amas, aitas y todas las personas que venís a vernos cada partido. Tenemos algo importante que deciros. Y no estamos solos.
Eres bienvenido, soy bienvenido. Juntos, unidos. Empecemos a divertirnos. Juega junto a mí, ayudándonos y respetándonos. Disfrutemos de este día, termines riendo. El contrincante es mi amigo, un hermano querido. Todos juntos, todos unidos. Nunca hay perdedores. Juega conmigo, vamos a crecer juntos, disfrutemos de este día. Terminemos riendo”.

Uno de los objetivos que tiene Adavas Salamanca y Stop Violencia Sexual, la Federación Nacional a la que pertenece, es fomentar la igualdad entre hombres y mujeres.

Por este motivo impartimos talleres donde hablamos sobre ella, donde analizamos la sociedad que nos rodea.

El próximo mes de mayo unimos el deporte, en concreto el rugby, y la igualdad para visibilizar a todas las mujeres que rompen roles y estereotipos de género.
Porque queremos visibilizar a todas las mujeres que existen en aquellas parcelas que durante años nos han estado vetadas, donde hemos permanecido ocultas y donde no nos han dado el espacio que nos corresponde.

El 19 de mayo organizamos en conjunto: Adavas Salamanca, la sección de rugby de la USAL (Adus) y la Asociación Cultural La pandilla chancleta, el I Torneo benéfico de rugby por la igualdad «Ciudad de Salamanca».

Tuve la suerte de contar con Raquel, Lex y Luis, dos «búfalas» del equipo femenino de rugby de la USAL y de su entrenador, para hablar de rugby, deporte e igualdad.
Fue un rato taaan agradable que seguramente volvamos a repetir de nuevo.

Los coletazos del #8M

Dibujo cortesía de Feminista Ilustrada


El 8 de marzo de 2018 será recordado durante mucho tiempo. Esperemos que salga en los libros de texto en el futuro como el ejemplo de una movilización global que unió, sobre todo, a mujeres en su diversidad, pero que también aglutinó a hombres que gritaban por la igualdad. 
Tengo que decir que, para mí, fue un día diferente y terminé muy emocionada. Reconozco que era escéptica con la respuesta que daría mi ciudad, Salamanca, a la llamada a manifestarnos. Recordaba que en el 2017 el recorrido fue tranquilo y tuvo una duración de unos 30 minutos más o menos. Quizás las de siempre, con la sorpresa de algún hombre.


Tuve que tragarme de nuevo mis pensamientos y mi escepticismo porque la respuesta de Salamanca me dejó sin palabras. 


Mujeres de todas las edades: niñas, jóvenes, más adultas… Hombres apoyando a sus amigas, mujeres, novias, hermanas… Hombres jóvenes gritando: «luego diréis que somos 5 ó 6» al lado de sus compañeras de estudio. Mujeres, posiblemente jubiladas, que se encaramaban a bancos de piedra o púlpitos improvisados para observar, emocionadas, la marea de gente que bajaba por la calle sin tener la posibilidad de ver el final, pero tampoco el principio. Nadie imaginaba que la respuesta fuera a ser tal. Nadie alcanzaba a imaginar que, sin querer tal vez, tantas personas nos pusiéramos de acuerdo para tomar las calles de forma pacífica en tantas partes de España, y del mundo. 
Dibujo cortesía de Lola Vendetta

Le plantamos cara al machismo de una forma calmada y sosegada. Nada que ver con la imagen que quieren vender algunas personas cuando nos llaman «feminazis» o cuando usan el argumento de que las feministas lo que quieren es escalar hasta una posición por encima del hombre.

El 8 de marzo demostramos que no es así. Mostramos al mundo entero que, realmente, si nosotras queremos, se para el mundo, porque también contamos en esta sociedad, también nos tienen que escuchar, también tienen que valorar con nuestra opinión. 

Y, ¿ahora qué pasa? Pues lo que pasa es que tenemos que seguir luchando, gritando y trabajando para que poco a poco esta sociedad siga cambiando; para que nuestras hijas se encuentren un lugar sin tantos obstáculos y nuestros hijos sepan respetar a las mujeres como seres iguales.

Algo ha cambiado. Hemos dado argumentos más que de sobra para que se den cuenta que los cimientos del machismo los estamos haciendo tambalear.

¿Te unes? ¿Nos ayudas a seguir cambiando la sociedad?




Lo femenino molesta

La semana pasada ha sido bastante movida.

La #huelgafeminista del 8 de marzo ya se está preparando, y de ella se habla y se escribe en las redes sociales. Nos instan a las mujeres a que paremos para que la sociedad, y el mundo entero, pues es una huelga a nivel mundial, se den cuenta que sin nosotras el mundo se para. Nada de las tareas de cuidado, de las tareas domésticas, de ir a comprar, de consumir… Sigue el ejemplo de la huelga ocurrida en Islandia el 24 de octubre de 1975. En ese día, el 90% de las mujeres del país estaban en huelga.

Algo así se quiere que sucede este año 2018. El año que se ha declarado el feminista por excelencia.

Pero todo lo relacionado con el feminismo y con las reivindicaciones de las mujeres molesta e incomoda. Hablo en el mundo en general, pero también en España en particular.

En algunos programas de televisión se sientan a hablar sobre abusos sexuales y la brecha salarial entre hombres y mujeres a personas (hombres en el 99% de los casos) que son machistas confesos y que la palabra feminismo y todo lo que ello conlleva les provoca urticaria. Personas (soy benévola, lo sé) que estiman que la mujer tiene que seguir limpiando en casa y coserse la boca porque ella no entiende de nada y su inteligencia es insuficiente para hablar en público. Aquellas que osan acudir a un plató de televisión porque tienen conocimientos suficientes de un tema, en muchas casos vetado para ellas, son insultadas mediante calificativos que hacen mención a su belleza, a su estado físico o a su orientación sexual.

Pero no hace falta ver la televisión para darse cuenta que el machismo, en sus diferentes modalidades, sigue haciendo de las suyas y sigue trabajando para que sus privilegios se sigan manteniendo, en lugar de compartir espacio y dinero con las mujeres. 

En centros educativos es habitual escuchar frases del tipo: «aumentan los casos de violencia de género entre adolescentes porque están sobre-informados»; «ya está la pesada de turno hablando sobre igualdad y la mujer»; «las mujeres cobran menos porque Dios hizo a los hombres más fuertes»; «el feminismo es lo contrario que el machismo»; «las feminazis sois unas pesadas».


Esto me lo cuentan y lo vivo yo en muchos de los institutos a los que acudo para hacer talleres sobre igualdad y violencia de género.

Esta semana ha estado movidita porque a Irene Montero se le ha ocurrido emplear la palabra «portavoza» en un intento, o eso quiero pensar, de visibilizar a las mujeres en los entornos políticos. 

Que digo yo, desde mi ignorancia e incultura, que no es necesario marear tanto la perdiz. Que está muy bien poner «el y la» antes de una palabra, sin necesidad de este circo mediático. Estoy a favor del lenguaje inclusivo y no sexista, de visibilizar porque aquello que no se nombra no existe (ya lo digo en un capítulo de mi tesis), pero ya me cansa todo este circo político y, repito, mediático, en los que todos y todas se suman, porque es lo que «mola» ahora y es «cool», a esto del feminismo. Apoyo totalmente las palabras que mi compañera y amiga Montse, de Generando Igualdad, ha escrito en su perfil de Facebook y en el blog de la asociación. Las suscribo totalmente. En el siguiente enlace las podréis leer:


Cansa tanto postureo, tanto discurso fácil para subirse al carro, tantas palabras bonitas que no van seguidas de hechos tangibles y de lucha prolongada en el tiempo. Cansa que den «por culo» (perdón por la expresión) a las personas, hombres y mujeres, pero sobre todo estas últimas, de a pie que desde su humilde posición y con recursos cada vez más escasos, siguen luchando por la igualdad entre sexos para desterrar, de una vez por todas, los roles y los estereotipos de género, el machismo, la desigualdad y la discriminación que tanto mal hace a las mujeres y, en consecuencia, a la sociedad en general.

No ponemos el grito en el cielo cuando la RAE estudia incluir la palabra «folla-amigo/a» o cuando establece que está admitido decir tanto «albóndiga» como «almóndiga», aunque en mis oídos «almóndiga» chirríe tanto como una puerta que necesita 3 en 1. 
Pero sí nos escandalizamos porque, en su momento, Bibiana Aído dijo «miembras», pero vemos de lo más normal las abreviaturas en los mensajes en el móvil; nos molestamos porque no sintetizamos el lenguaje cuando decimos en los discursos «todas y todos», «señoras y señores»; en la universidad, levantamos la mano ante las faltas de ortografía del conjunto de estudiantes porque luego ponen recursos y los órganos superiores les dan la razón porque no se les examina de gramática, sino de los conocimientos adquiridos sobre la asignatura. Pero que Irene Montero use el término «inventado» de «portavozas» nos hace rasgarnos las vestiduras.

Como pregunta el profesor Octavio Salazar en su cuenta de Twitter: 
No perdamos el norte. Ésta es otra estratagema más, del llamado por Miguel Lorente Acosta, «posmachismo» para desestabilizar los cimientos de esta lucha limpia que abanderamos las mujeres, acompañadas y apoyadas por algunos hombres, para lograr que nos reconozcan el sitio que merecemos al lado de la otra mitad de la población mundial.

El argumento que usan muchas personas es el insulto y las descalificaciones, como dice Nuria Varela, porque no tienen otro argumento sostenible para ir en contra del feminismo.

Porque el feminismo te hace pensar, te hace plantear que las cosas que vivías hasta ahora dejan a una parte de la población, a tus compañeras, en una posición desigual porque tú, hombre, tienes más derechos y privilegios que ellas.

Claro que molesta, incomoda y cuesta dejar una posición privilegiada para bajar escalones. Por supuesto. Pero que te quedes en tu pedestal no te hace mejor persona, sino que acrecienta la idea de que «todo vale en el amor y en la guerra» y que «el fin justifica los medios».

Si fuese al revés, si las posiciones discriminatorias y desigualitarias las viviesen los hombres, en el campo que sea, no escucharíamos otras cosas que sus voces, sus gritos y sus quejas.

Mi profesora de Derecho Canónico, más o menos, decía que para desarmar al enemigo hay que conocerlo en profundidad. 

Por ello animo a todas las personas que consideran que el feminismo es algo malo, que todas las feministas quieren la superioridad de la mujer por encima del hombre, etc., que estudien en profundidad las ideas que fomenta este movimiento social y político abanderado por mujeres de todas las culturas, etnias, nacionalidades, orientaciones sexuales, etc. 

Quizás después, una vez estudiado y analizado, se cambien de bando y luchen a nuestro lado.



Entrevista a Nuria Coronado Sopeña

Desde abril de 2016 soy la presidenta de la Asociación, sin ánimo de lucro, Adavas Salamanca. En el mes de noviembre presentamos a los medios de comunicación la Federación Regional FEVIMI, que aglutina a todas las Adavas de Castilla y León. La andadura de la Federación va lenta, pero porque queremos dar pasos firmes.

Como presidenta de Adavas contacté con Nuria Coronado Sopeña, la autora del libro «Hombres por la Igualdad», para que hiciera la presentación de su libro en Salamanca. (Las ilustraciones son obra de Catalina Flora)

Cuando hablamos por teléfono descubrí a una mujer cercana, generosa, ilusionada, luchadora y dispuesta a trasladar su mensaje a cualquier lugar donde la quisieran oír. Fue sencillo llegar a un acuerdo para que viniera. 

Nos movimos para encontrar un lugar donde hacer la presentación. La Sala Micenas ATV ya había acogido una obra de teatro benéfico a favor de la entidad y no dudó en facilitarnos su espacio para realizar la presentación.


Contamos con la inestimable presencia de Soledad Murillo de la Vega y José Sarrión, quienes accedieron a pasar una tarde de sábado con nosotras hablando de igualdad, feminismo, machismo y de los aliados que esta lucha necesita.

Varias preguntas se me quedaron en el «tintero», así que decidí hacérselas a posteriori, a lo cual Nuria accedió sin poner ningún tipo de oposición. Seguro que alguna pregunta más se nos puede ocurrir. Si tenéis oportunidad, hacérsela, estoy convencida de que Nuria la responderá sin ningún tipo de pudor.

¿Te pusieron muchas pegas para publicar el libro? No es muy habitual que los hombres hablen abiertamente de la igualdad entre ambos sexos y se declaren expresamente feministas.
Todo lo contrario. Tuve varias editoriales interesadas en el libro y me decidí por LoQueNoExiste ya que tanto su biblioteca de Talento Femenino como el equipo humano y profesional que allí trabaja apuesta por contenidos feministas. Fue amor a primera vista. En cuanto a los entrevistados, todos y cada uno de ellos, estuvieron, desde el minuto uno, encantados de participar y formar parte del libro. Ellos afortunadamente saben lo necesario que es su apoyo en la tarea de educar y conseguir un mundo en igualdad. Si bien es cierto que aún son pocos los hombres que quieren dejar atrás el macho que llevan dentro y que quieren desprenderse de esa etiqueta que tanto daño hace, lo cierto es que empieza a haber un movimiento masculino emergente que busca la nueva masculinidad. Es, como dice mi querida Flor de Torres, epiloguista, la revolución pendiente que cada vez está más cerca de producirse y que sin duda alguna traerá la cordura y la equidad que hasta ahora no se ha dado.
¿Por qué seleccionaste a estos hombres y no a otros?
A unos los conocía personalmente y sabía de su implicación vital y profesional en el feminismo. A otros, los seguía de cerca. Solo tuve que llamar a sus puertas. Por fechas de entrega del libro hay 16 aliados, mejor dicho, diecisiete, porque cuento también con Miguel Lorente como prologuista, que para mí es todo un honor. Es muy importante visibilizarlos porque ellos pueden predicar de manera más directa que nosotras en sus círculos (compañeros de trabajo, estudios, amistad) y empezar a explicarles lo necesario que es ver y combatir el machismo que todo lo salpica. Son excelentes prescriptores.
Ante declaraciones como las que ha hecho durante este año el eurodiputado polaco, ¿qué deberíamos hacer ante comentarios de este tipo de personajes públicos y con un puesto relevante?
A mí me da vergüenza ajena que alguien que se supone está en un lugar como el Parlamento Europeo, pueda salir y decir tales burradas y que lo haga no una vez, sino varias y aquí paz y después gloria. Debería haber una sanción inmediata de expulsión de quienes defienden lo indefendible ya que es antidemocrático y bochornoso. Sin embargo él es solo un ejemplo más de cómo funciona este mundo. No es extraño el día en que alguien en otros escenarios no solo dice estas burradas sino que se jacta de su machismo y lo hace porque sabe que no pasa nada. Nadie les para los pies. Y ahí no hay diferencia entre una ideología u otra. En nuestro país también tenemos ejemplos como el de David Pérez, alcalde de Alcorcón, lugar en el que resido, quien nos tiene acostumbrados a perlas machistas. También hay que decir que del machismo no se salva nadie, tenemos señoros tanto en el bando de la derecha como en el de la izquierda.
¿El feminismo es sólo cosa de mujeres?
No. El feminismo es una lucha que ha de implicarnos y  motivarnos a tod@s ya que nos hace mejores a mujeres y hombres porque busca el bien máximo de la igualdad de derechos y oportunidades para ambos sexos. El problema está en que la propaganda machista que lleva trabajando a toda máquina desde el principio de los tiempos, ha filtrado el mensaje de que feminismo es igual que machismo, y la gente lo ha comprado (ahí incluyo a hombres y también mujeres) sin más. Es una cuestión de información y de educación darse cuenta que querer que ambas palabras antagónicas sean sinónimo es parte de la estrategia del patriarcado para seguir manteniendo su poder y sumisión de las féminas.
¿Qué es ser feminazi?
Unir la palabra feminista y la coletilla nazi es la estrategia perfecta del patriarcado para infundir miedo. Querer desacreditarnos a las feministas comparando el derecho al aborto de las mujeres con el Holocausto perpetrado por los nazis es propagar el virus del machismo. Un virus que creó en 1987 un profesor de economía en la Universidad de California, Tom Hazlett y que en el 92 popularizó su amigo y periodista Rush Limbaugh en su libro: Cómo deberían de ser las cosas.
Sin embargo es un insulto que cae por su propio peso. ¿Cuántos hombres conoces que sean asesinados por mujeres? ¿Cuántos hombres son violados al día por mujeres? ¿Cuántos hombres sufren acoso o violencia de género y tiene que salir huyendo a casas de acogida? ¿Cuántos hombres cobran de media un 20% menos que sus compañeras de trabajo? ¿Cuántos hombres se quedan en su casa cuidando de sus hijos o de sus familiares enfermos? ¿Cuántos hombres se ven cosificados o como trozos de carne en el día a día? La respuesta es cero.
En la lucha por la igualdad, ¿mejor solas o apoyadas/acompañadas?
En cualquier lucha siempre es mejor apoyarse en cuant@s más mejor. Necesitamos de aliados, de hombres concienciados de verdad, que quieran vivir en una sociedad sana en la que no importe quienes nazcamos (hombres y mujeres) sino que tengamos las mismas oportunidades. Por eso es esencial contar con esos compañeros fieles, que entendiendo siempre que la lucha en primera fila es de las mujeres, ya que somos quienes padecemos el machismo, puedan caminar a nuestro lado y acelerar así el reloj hacía la justicia y la democracia. Lo que no queremos son los falsos aliados. En ese caso siempre solas.
¿Está bien usado el término “aliados feministas” para referirnos a aquellos hombres que luchan codo con codo con nosotras, a nuestro lado y que son capaces de renunciar a los privilegios que el patriarcado les ha otorgado por el mero hecho de nacer varones?
Yo concibo al aliado como aquel que se une a otra persona o movimiento a alcanzar una meta. Si bien es cierto que los hombres por más que quieran no pueden defender como defendemos nosotras el feminismo, porque somos nosotras las que hemos padecido y padecemos históricamente la desigualdad, creo que son necesarios compañeros. Su primer gesto para demostrarlo, tal y como recientemente decía José Sarrión durante la presentación de mi libro en Salamanca,  ha de ser el de la escucha, “los hombres tenemos que hacer lo que no hemos hecho nunca: guardar silencio y escuchar a las mujeres”. En segundo lugar estos aliados han de despojarse de todo el machismo que les impregna y por lo tanto de los privilegios de los que han gozado desde siempre.
¿Es cierto que las mujeres somos nuestras peores enemigas? O, por el contrario, ¿es un “mantra” que nos ha estado repitiendo el patriarcado/el machismo para que nos lo creamos?
Ahí les has dado con tu pregunta. El patriarcado ha hecho del “divide y vencerás” su mantra. Sabe que si las mujeres nos unimos tenemos una fuerza tal que podemos lograr aquello que nos propongamos. Por eso le interesa seguir publicitando que nosotras nos despellejamos las unas a las otras, que somos las peores rivales y nos tiramos de los pelos si hace falta. Piensa en ladrón que somos de su condición. Por el contrario el único enemigo que tenemos nosotras es el patriarcado. Cuando yo fui consciente de esta manipulación empecé a darme cuenta que la sororidad, es la mejor arma con la que combatir esta mentira. La solidaridad, la empatía, la ayuda que nos damos las mujeres a las mujeres, es algo estremecedoramente maravilloso y potente. Como dice mi querida amiga y cantante Cristina del Valle: ¿qué sería de las mujeres si las mujeres no cuidáramos de nosotras?
¿Sería posible un país como el propuesto por Gioconda Belli en su libro “El país de las mujeres”?
En realidad ya existe ese país o ese mundo, todas y cada una de las mujeres que nos sentimos empoderadas reinamos en ese mundo diario y por eso luchamos, para que el otro mundo, el de ahí afuera que no nos quiere, aprenda, se reeduque y vea el talento que se pierde. Existen casos de comunidades que lideradas por mujeres hacen cosas increíbles en pos del bien común. Es cierto que son pocos los casos de mujeres presidentas o empresarias o directivas líderes que con ese talento y la forma de dirigir crean mundos más sensatos y justos, pero los hay. Y estoy segura, que la tendencia va a seguir a la alza. Nuestra lucha es una lucha sin cuartel y quieran o no, vamos a estar en los lugares de poder, que es donde se cambia todo y en lugar de un país, vamos a lograr un mundo que deje de estar en guerra continua contra nosotras.
El Chojin habla de la discriminación positiva. ¿Es necesaria?
Como quienes mandan no conocen aquello de tener voluntad para abandonar su zona de confort machista hay que crear políticas y medidas que obliguen, en un primer momento a que haya paridad en todos los sentidos. Cuando a través de la educación y la sensibilización, tod@s podamos alcanzar las mismas metas y tener vidas en paz, lo impuesto se normalizará, y no habrá que obligar a nadie a ser sensato. Mientras eso pase, los últimos datos en lo que a paridad salarial, nos dicen que hay que esperar otros 168 años de nada, hay que pisar el acelerador con cuotas o medidas de discriminación positiva a tutti plen.
¿Estamos normalizando tanto la violencia de género que no nos inmutamos ante las noticias que aparecen en los medios de comunicación?
Las mujeres cuando aparecemos en las noticias no lo hacemos para hablar de éxito, logros o sueños cumplidos como cuando aparecen los hombres, quienes por cierto copan las apariciones en un 78% en los medios de comunicación. Todo lo contrario. Aparecemos violadas, muertas, maltratadas, amoratadas, cosificadas, ganando poco, siendo eternas cuidadoras… Somos lo que menos importa. Esa imagen nuestra está tan normalizada que tiene el efecto de la anestesia.
Por eso necesitamos concienciar con perspectiva de género y evitar los programas de televisión blanquean y promueven la violencia de género y los estereotipos sexistas. Las mujeres no somos meros números. Las mujeres somos las hacedoras del mundo. Sin nosotras todo se pararía.
Se desató la polémica con el programa de TVE presentado por Carlos Herrera. ¿Todo vale en televisión? ¿La perspectiva de género está presente en los medios de comunicación?
Por desgracia la única perspectiva de género que está presente en la mayoría de los medios de comunicación es la patriarcal y en televisión ni qué decir. Quienes dirigen y mandan en ellos son hombres ergo los que se promueve es más de lo mismo. Señoros que ni se cortan ni les da vergüenza en promover esa (in)cultura. Programas que denigran a la mitad de la población y que la gente se mete en vena. Programas como el de Pablo Motos,  presentadores como Juan y Medio, o como los de Tele 5 que nos cosifican y ahí están siendo TT.  
Bodino acuñó el término “micromachismos”. ¿Estás de acuerdo con su uso o tenemos que hablar de machismo y punto?
Se habla de micro porque es algo que no es visible a los ojos pero que sin embargo hiere igual. Hace poco escuchaba a la gran Pamela Palenciano decir que ya había que dejarse de poner la etiqueta de micro, que el machismo nos da por todos los lados y hay que rebelarse a él y llamarlo por su nombre. Cambiar el lenguaje y ser consciente de lo que significa es la mejor herramienta para combatir al enemigo número 1 de nuestra sociedad que es el patriarcado.

Soledad

El sábado participé en la proyección del cortometraje Futilidad, el cual fue rodado en dos pueblos de Salamanca. En él se habla de dos tipos de soledad: la soledad de una mujer víctima de violencia de género y la que siente una mujer «mayor» que vive ella sola y está esperando la llegada de la muerte.
Son dos tipos de soledades que se unen por una característica común: es sufrida por una mujer. 

Una mujer asistente preguntó el motivo por el cual la soledad de la segunda mujer quedaba eclipsada por la soledad de la primera, aquella que sufre violencia de género por parte de su pareja. La verdad es que no reparé en que dejamos en un segundo plano la soledad de la mujer que espera la muerte. Yo iba como representante de Adavas Salamanca, me pidieron que hablara sobre la intervención en los casos de violencia de género y el corto lo vi con esa perspectiva. No reparé en que se le daba más importancia a una soledad que a otra.
Respondí a la pregunta de la mujer diciendo que ambas mujeres estaban unidas por la soledad, vivida desde dos puntos de vista diferentes. Pues en la violencia de género también hay soledad. ¿Por qué dos mujeres? Pues porque la mujer tiene mayor esperanza de vida que los hombres y, por ello, muchas mujeres, como se puede ver en las estadísticas, viven solas. 

Desde ese momento, el tema de la soledad volvió a mi cabeza.


Según la RAE la soledad es:
1. Carencia voluntaria o involuntaria de compañía.
2. Lugar desierto o tierra no habitada.
3. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.

Todo el mundo, en algún momento de su vida, ha sentido soledad. Hay quien teme a la soledad y trata de rodearse de mucha gente, de estar constantemente activo/a para no sentirse solo/a. 
Pero en muchas ocasiones no se trata, como dice la RAE, de la carencia voluntaria o involuntaria de compañía, sino de sentirse sola/o aún estando rodeada/o de personas.

En el siguiente reportaje, publicado en agosto de este año, nos hablan de la soledad de aquellas personas que tienen pareja, familia y amistades, pero que se sienten solas. Un sentimiento, desgraciadamente, cada vez más presente en nuestras vidas.


¿Qué nos está sucediendo? ¿Qué nos hace sentirnos solas/os?
En un momento social en el que estamos conectadas/os gracias a las nuevas tecnologías (redes sociales, mensajería instantánea, etc.), aumenta la sensación de soledad entre la población. 

¿Por qué sucede esto? ¿Estamos perdiendo habilidades sociales? ¿Nos estamos distanciando del resto de las personas? ¿Estamos bien con el modo de vivir que tenemos?

Pero, por otro lado, está la soledad forzosa.

La población española está envejeciendo a marchas forzadas. Estamos en un país viejo y, encima, a la población más joven la «estamos invitando» a que lo abandone, por lo tanto, la esperanza de nuevos nacimientos va en disminución. Con todas las implicaciones que esto conlleva.

Si la población mayor de 70 años cada vez es mayor y la esperanza de vida cada vez va aumentando más y más, la población que viva sola, también se incrementa. Por este motivo, se ha creado el programa «Adopta un abuelo(a)» que pone en contacto a la población joven con la no tan joven para evitar esa soledad.               https://adoptaunabuelo.org/
En Salamanca este programa ya se ha instaurado según informa la prensa local.


La soledad es nuestra fiel compañera. ¿Hay solución para esto?

Lo último…

En estas dos semanas he visto un par de noticias que se han repetido. Ambas me han llegado desde diferentes puntos entre medios de comunicación de prensa escrita, personas conocidas, amistades…

Una de ellas se refiere a una escena de la película “Último tango en París”, protagonizada por el gran actor Marlon Brando. En su momento, hace ya algunos años, la actriz protagonista denunció que se había sentido humillada y hasta violada en una escena de la película. Ahora sale a la luz unas declaraciones de su famoso director diciendo que tanto el actor protagonista como él mismo habían decidido no comentar con la actriz el método que iban a usar para desarrollar esa escena pues necesitaba que fuera creíble y que la actriz se sintiera realmente humillada.

Obviamente, un gran revuelo se ha creado en torno a esas declaraciones y, días después, el director se desdecía de sus palabras. 

La siguiente noticia se refiere a algo “más reciente”. Un cantante actual (sinceramente, yo no he escuchado nada de él y creo que lo he oído mencionar en dos ocasiones), del que no voy a decir su nombre para no darle mayor publicidad, ha saltado en las redes sociales debido al contenido de una canción donde básicamente dice que las chicas hacen todo lo que él quiere en cualquier momento. La magnitud de sus palabras ha llegado a tal punto, que se ha creado una campaña en change.orgpara que se prohíba y se quite el vídeo relacionado con la canción.
Cantantes como Iván Ferreiro han usado las redes sociales, en concreto Twitter, para denunciar que no se puede consentir el uso de la música para fomentar actitudes machistas.

En mis talleres suelo emplear bastantes canciones. Elegidas a conciencia, por supuesto. A las chicas y a los chicos les digo que tienen que ser cuidadosas/os con lo que escuchan, pues una canción nos puede parecer muy pegadiza y tener una buena música, pero la letra… la letra puede estar fomentando el odio, la violencia…y, como en este caso, actitudes de control, poder del hombre sobre la mujer.
Lo cierto es que, hasta que no he empezado, hace unos años, a preparar talleres y charlas para centros educativos, no me había parado a analizar determinadas letras de canciones. Por este motivo, al descubrir lo que se escondía detrás de muchas de ellas, las cuales, en su mayoría, son bien conocidas, soy tan insistente en prevenirles sobre lo que escuchan.

Actores, cantantes, actrices, youtubers,… hay tantas personas que pueden influir en la personalidad de nuestras/os adolescentes y, quizás, no somos conscientes de ello.
Nos puede sorprender como un niño y una niña lloren y se enfaden en un programa como “Tu cara me suena” cuando descubren que tienen que imitar a Justin Bieber o Miley Cirus porque no les gustan, porque no comparten sus actitudes y su forma de vivir y de actuar. Estos críos tienen las cosas claras y no es muy normal, por eso nos sorprende.
Cantantes como el que ha salido publicitado estos días, directores de cine que hacen estas confesiones influyen en la conciencia de las personas y nos muestran que aún existen mentalidades que piensan que las mujeres somos objetos sexuales, sin conciencia, sin alma, sin corazón y que, como tales, nos pueden manejar y vapulearnos a su antojo porque ellos son los “machos” y tienen el poder.
Luego nos sorprendemos cuando las estadísticas nos anuncian que han aumentado las agresiones entre las parejas jóvenes, cuando descubrimos que las actitudes machistas aún siguen presentes, incluso más enraizadas, en las generaciones “más tiernas” y nos llevamos a la cabeza cuando un hijo mata a su madre porque no estaba de acuerdo con su forma de vivir.

Aún queda camino por recorrer, ya lo he dicho en otras ocasiones. Y no nos sirve sólo campañas momentáneas, temporales, sino que las acciones tienen que ser continuadas en el tiempo. Hay que trabajar desde una edad temprana para cultivar la semilla de la igualdad. La igualdad entre sexos, entre las personas que es lo que, en definitiva, somos los hombres y las mujeres: seres humanos con unas diferencias biológicas que nos hace complementarios.
Es una lástima que tengamos que crear campañas para fomentar las No agresiones sexistas en fiestas concretas, pues aún existen energúmenos que se piensan que todo vale y que, en ocasiones, cuando una chica dice NO, lo hace con la boca chica, pues en sus ojos ve que ella quiere, en realidad, tener relaciones sexuales con él porque sus actos (sus bailes, sus coqueteos, su ropa) así lo demuestran.
      
Las dos noticias que he comentado en este post, son un pequeñísimo ejemplo de lo que existe en realidad. Os podía mostrar más entrevistas de personajes conocidos que con sus palabras fomentan la desigualdad entre hombres y mujeres, que hablan de la inferioridad de la mujer y de cómo hay que tratarla. También os podría enseñar más cantantes que, con sus canciones, retratan las ideas, erróneas, del amor romántico e incentivan a que el hombre se imponga a la mujer en la relación. Pero no lo voy a hacer porque este post sería mucho más extenso. Os animo a que lo hagáis, a que escuchéis con detenimiento canciones de ayer y de hoy. Seguro que os sorprendéis.