Últimamente se está hablando mucho del cuerpo, del canon de belleza. Hay artículos que nos muestran cómo se modifica un cuerpo mediante el photoshop. Algunas modelos se quejan de esta «manipulación» de su cuerpo y actrices se dejan fotografiar con la «cara lavada». A otras mujeres se las machaca mediáticamente cuando suben unos kilos de más porque han dejado de fumar (es el caso de Tania Llasera).
El cuerpo de una mujer sufre muchos cambios a lo largo de su vida (como el del hombre). Pero si, llegado el momento, decides ser madre, los cambios son más que evidentes. Una vez nacida la criatura, puede suceder que tu genética te ayude rápidamente a que todo vuelva a su sitio o que necesites de ayuda extra para recuperar la «figura».
Yo, en su momento, la recuperé, pero después, la genética no fue generosa, y el cambio se volvió a producir. Tengo que reconocer que hay veces en las que estoy conforme con lo veo y otras no. Ya sabéis, esos días en los que te levantas con el pie izquierdo y ves que todo lo tuyo está mal y no sabes cómo arreglarlo, así que, te lamentas y estás de bajón más tiempo del debido.
La fotógrafa Jade Beall se fotografió después de ser madre, sin ningún tipo de retoque, al natural, y lo subió a la red. Acto seguido, numerosas madres le pidieron que las fotografiase.
En el siguiente enlace aparece el vídeo que se ha elaborado a través de las distintas fotografías tomadas a diversas mujeres después de ser madres.
http://www.piensatv.com/el-cuerpo-de-una-madre-sin-photoshop/
Muchas veces olvidamos que la perfección no existe. Las marcas que nos dejan a las mujeres un embarazo o dos o tres,… son signos de lo que la naturaleza nos ha proporcionado: ser madres, traer al mundo a pequeños seres maravillosos que nos recuerdan, constantemente, el milagro de la vida.