Según me hago mayor las ganas de seguir aprendiendo aumenta también. Sigo estudiando sí. Cuando se lo comento a jóvenes con los que hago talleres, se sorprenden, pero es que es verdad.
En mi afán de mejorar y seguir aprendiendo técnicas y de perfeccionar lo aprendido, me apunté al taller de Narración oral que se realizó en la Escuela Monk y que impartió Roberto García Encinas.
En un fin de semana intenso se aprendió a expresar, a gesticular, a narrar, a modular la voz… y todas estas enseñanzas concluyeron en una práctica ante público en la misma escuela. Dos cuentos fueron mi carta de presentación: «Cadena de sonrisas», uno de mis cuentos favoritos, y «Caperucita Roja 20 años después». El primero un cuento con mensaje que nos sirve para trabajar distintos temas. El segundo es un cuento para «adultos» con un toque de picaresca.
Impaciente por realizar la continuación del taller y lograr un perfeccionamiento mayor para seguir trabajando con cuentos.