Tengo que hacer un trabajo para una asignatura de un curso que estoy haciendo. La verdad es que me supone mucho estrés por la cantidad de cosas pendientes y no pendientes que tengo que hacer. Valoré mi tiempo, mis ganas y la capacidad de trabajo que, a día de hoy, tengo. Decidí que volvería a leer un libro, pequeño, que ya había leído. Por este motivo cayó en mis manos, de nuevo, Chimamanda Ngozi Adichie.
En un primer momento iba a releer «Todos deberíamos ser feministas«. Se trata de un pequeño libro que recoge el discurso que dio en TEDx hace unos años. Explica los motivos por los cuales el feminismo es beneficioso.
Buscando online en la biblioteca (porque aún no me lo he comprado, error mío), descubrí otro libro, del mismo tamaño y que me atrajo, más si cabe, por su título: «Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo«. En ese mismo momento tomé la decisión de que el trabajo lo haría sobre él. Una tarde, 3-4 horas, no más, duró en mis manos, haciendo anotaciones-resumen de las ideas principales que contenía.
Lo primero que pensé fue que ojalá hubiera caído en mis manos hace muchos años (si se hubiera escrito). Aunque, pensándolo bien, lo más probable es que no lo hubiera leído porque de feminismo no se hablaba ni se leía mucho. Hay que ser sincera. Ha caído en mis manos, lo he leído cuando debía hacerlo. Éste es su momento.
Ahora sé que puedo ayudar a mi hermana y mi hermano a que mis sobrinas sean más abiertas mentalmente y no se dejen avasallar con los mandatos culturales machistas impuestos por el patriarcado. Sé que las animaré a que persigan sus sueños, como lo he venido haciendo hasta ahora, a que no se pongan limitaciones estúpidas por «el qué dirán», a que tengan argumentos para apoyar y luchar por la igualdad y a que no las traten de forma inferior por el mero hecho de pertenecer al sexo femenino.
Os recomiendo que abráis la mente, descubráis el feminismo y sus ideales. Una vez lo hayáis hecho, no dejaréis de abrazarlo.
Lo primero que pensé fue que ojalá hubiera caído en mis manos hace muchos años (si se hubiera escrito). Aunque, pensándolo bien, lo más probable es que no lo hubiera leído porque de feminismo no se hablaba ni se leía mucho. Hay que ser sincera. Ha caído en mis manos, lo he leído cuando debía hacerlo. Éste es su momento.
Ahora sé que puedo ayudar a mi hermana y mi hermano a que mis sobrinas sean más abiertas mentalmente y no se dejen avasallar con los mandatos culturales machistas impuestos por el patriarcado. Sé que las animaré a que persigan sus sueños, como lo he venido haciendo hasta ahora, a que no se pongan limitaciones estúpidas por «el qué dirán», a que tengan argumentos para apoyar y luchar por la igualdad y a que no las traten de forma inferior por el mero hecho de pertenecer al sexo femenino.
Os recomiendo que abráis la mente, descubráis el feminismo y sus ideales. Una vez lo hayáis hecho, no dejaréis de abrazarlo.