GRACIAS. Esto ha llegado a su fin

Hace justo una semana estaba pasando el hecho más importante en mi vida académica: La defensa de la tesis.

Cuatro años de trabajo de estudio, de redacción, de investigación, de conversación, de desesperación, de desilusión, de ganas de arrojar la toalla, de… Cuatro años que llegaron a su fin, a pesar de que no estaba (ni estoy) satisfecha con el trabajo final, pero sí con lo conseguido y, sobre todo, con el último año y medio.

En este post voy a tratar de dar las GRACIAS a todas las personas que han estado ahí y que no he podido mencionar en mi tesis o en la exposición como realmente me gustaría. Había que ser políticamente correcta, en esta ocasión sí.

En primer lugar, tengo que agradecer a MIS PADRES su apoyo, en todos los sentidos imaginables y más, y compañía incondicional. En muchas ocasiones me he acordado de mi madre por animarme a iniciarme en esto del doctorado. Yo me las creía felices y que todo iba a ser muy fácil, pero la realidad fue otra totalmente diferente. Sarcásticamente le reí la gracia a la idea que había tenido mi bendita madre de que hiciera el doctorado. No veía el final, sólo obstáculos y pedruscos. Pero el final llegó.
Ver a mi padre emocionado y nervioso no tiene precio. Soy tan sensiblona como él, qué se le va a hacer, orgullo de hija. El pobrecito mío me ha visto sufrir lo indecible, viajar (ya lo veía como algo habitual), hablar de dinero (anda que no cuesta el doctorado), de problemas y encontronazos, de la alegría de haber descubierto un ángel que me enderezó el camino y me guió en los últimos tiempo.
Gracias a mi madre y a mi padre estoy donde estoy y soy como soy.
Mi HERMANA y mi HERMANO también se han mantenido en la sombra, apoyándome en silencio, comprendiendo lo que a veces era incomprensible, animándome para que no decayera y tirara la toalla, no echándome en cara el no estar cuando me han necesitado o empujándome a marchar para que desconectara de Salamanca, hija, familia y pudiera respirar para volver con más energía. Este triunfo también es suyo. Las recompensas también las recogerán ella y él.

¿Qué decir de quien se ha mantenido a mi lado en silencio y en la sombra? Amílcar es mi amigo, mi hermano, mi corrector ortográfico y mi diseñador gráfico particular. No tendré vida suficiente para agradecerle todo lo que ha hecho. Ha acudido a mi llamada a pesar del cansancio (que me ocultaba a veces), para ayudarme a maquetar, editar, diseñar… Se ha leído todo el texto buscando errores para que quedara perfecto (al final no lo hemos conseguido, pero es que la perfección no existe). Sorprendida de que fuese capaz de leer el documento ¡dos veces! No tengo palabras de agradecimiento que expresen lo que ha significado, significa y significará.
Mis estancias en Madrid, como digo en los agradecimientos de la tesis, no hubiesen sido posibles sin mis tíos. Siempre con una sonrisa, con una cama acogedora, con una predisposición para ayudar. Mi tío me ha guiado por los pasillos del Congreso de los Diputados para mostrarme los entresijos de ese edificio y a las personas que han colaborado en las entrevistas. Además, nos hemos recorrido algunos barrios de Madrid para que pudiera conocer el trabajo diario de los agentes de policía (sólo me he entrevistado con hombres, qué se le va a hacer), lo cual me ha servido para tener una visión más clara y amplia del trabajo que realiza el CNP.

Alguien quiso que en el camino me topase, casi por casualidad, con quien ha sido mi ángel de la guarda durante 1 año y medio largo. Soledad ha sido capaz de ilusionarme otra vez cuando ya había perdido la ilusión por terminar, de darme fuerzas cuando me faltaban, de darme ánimos, de ser lo suficientemente dura cuando era necesario, de tirarme de las orejas si era preciso, pero también ha sido, es y será un referente como mujer y como profesional. Creo que tampoco le agradeceré nunca todo lo que ha hecho por mí sin saberlo.

Raquel Luengo ha sido otro de los motores en este camino del Doctorado. Como he dicho, se alió, sin saberlo, con mi madre, para empujarme a iniciar este camino que concluí el lunes 27 de noviembre. En consecuencia, participó activamente en mi investigación teniendo la «suerte» y el «honor» de iniciar las entrevistas a profesionales. Porque ella es una gran profesional que se implica, que es responsable, que tiene empatía, fuerza, tacto y que trata de ayudar en la medida de sus posibilidades. Nos uníamos para arreglar el mundo, en esos momentos que teníamos de bajón individual que compartíamos, y nos íbamos para casa con otra cara y con otro espíritu.

Mis amistades más cercanas han sufrido mi lejanía y mi no disponibilidad. Mi compañera de fatigas, Teresa, no sólo ha tenido que soportar la distancia en km que nos separa, sino también mis ausencias estando en la misma ciudad, viajes no realizados para vernos y largos mensajes por Telegram contándonos las noticias más importantes que no nos podíamos decir en persona. Ahora recuperaremos el tiempo.
Mi compi chancletero, Ángel, me ha ayudado a pesar de que él también está súper liado en todo momento. El poder compartir con él momentos en nuestra Pandilla Chancleta ha hecho que no pierda la cordura. Siempre con el café dispuesto, con su cuaderno/libreta, con las risas para desestresar. Ahora estamos los dos al mismo nivel de implicación y de esto tiene que salir algo mucho mejor que hasta ahora.
Cuando te haces mayor el cuadrar horarios para poder tomar una taza de té se vuelve casi misión imposible, sobre todo cuando una de las dos partes está inmersa en la redacción de una tesis doctoral. Ainara lo sabe muy bien, pues lo sufre por partida doble: su pareja y su amiga. Ella ha estado ahí comprendiendo que los tiempos son los que son y que es mejor un par de mensajes de Telegram que el estar reprochando la escasez de tiempo. Es otra persona a la que tengo que agradecer su comprensión.
Hay quienes llegaron casi al final de este largo camino pedregoso. Juancar y Bego se reengancharon y, cada uno a su manera, me han acompañado, apoyado, empujado y soportado (lo reconozco, había momentos que había que soportarme). Pero siempre han estado ahí dispuestos a un café, a un mensaje, a un paseo…
Creo que no me dejo a nadie. Pero si es así, GRACIAS. Gracias por el cariño, la paciencia, la comprensión.

Gracias a María José, a Montse, a Marichu, a todo Generando Igualdad por cómo os portáis conmigo, porque nos tenemos que reunir para volver a hacer algo bonito y recordarnos que somos reinas. Os recuerdo que me debéis visita. Gracias por ser cómo sois, tan auténticas, tan generosas, tan cercanas y tan fuertes. Gracias por las conversaciones que intentan arreglar un mundo que está mal herido. Gracias por hacer una piña y estar. Eso es con lo que me quedo.
Este trabajo ha contribuido a que en las reuniones familiares y de amigos/as hablemos de igualdad, violencia de género, machismo, feminismo… 

La lucha continúa. Unidos/as seremos más fuertes.

Gracias
Rosa, esto va por ti. Para que te des cuenta que si se quiere y con ayuda, se puede. 

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