Armaduras

Escribo, desde hace unos meses, en el diario digital Noticias Salamanca https://noticiassalamanca.com/firmas/normal/

Este artículo de opinión que comparto, tiene mucha relación con la recomendación literaria infantil (y para personas adultas) que hago en este post.

Desgraciadamente, según nos vamos haciendo mayores, perdemos esa inocencia e ingenuidad que nos hace ser personas frescas y sin filtro. ¡Cuántas veces no habremos hecho callar a nuestras/os hijas/os o a sobrinas/os porque han dicho algo con total naturalidad, haciendo que nos pongamos rojos como la manzana de Blancanieves!

Tendemos a tratar de hacernos las fuertes, prácticamente insensibles para que no se «metan» con nosotras. En cierto sentido, nos ponemos una armadura que nos protege ante los comentarios, maliciosos o no, de las personas que nos rodean, sean conocidas, allegadas o desconocidas totalmente.

Y eso estamos transmitiendo a nuestras y nuestros peques. Hay que hacerse la fuerte, la valiente, la casi insensible para que no «nos coman» el terreno y se metan con nosotras.

Estamos obligando a que no sean personas auténticas y validando que lo único bueno y «normal» es no mostrar los sentimientos (positivos, negativos, regulares, malos, buenos…) porque esto te hace débil en una sociedad que es un mar de pirañas que están al acecho de carne fresca. No les enseñamos ni ayudamos a gestionar eso que sienten (frustración, alegría, ira, sorpresa, emoción, amor, rabia, enfado, tristeza…) y mucho menos a identificar esos sentimientos que, a nosotras, como personas adultas, también nos cuesta poner nombre.

Susanna Isern vuelve a dar en el clavo con este libro titulado «La armadura de Hugo». Nos cuenta cómo ser sensible y ser una persona expresiva y empática nos convierte, sin quererlo, en el objetivo de burlas y mofas; obligándote a poner una armadura que hace que no seas realmente tú, perdiendo toda la excepcionalidad y el ser una persona genuina y extraordinaria.

El final no os lo voy a contar porque quiero que vayáis a la biblioteca o a la librería a descubrirlo. Así, podréis trabajarlo en casa, reflexionando y conversando con vosotras mismas y, después, con las/os peques de la casa.

Buena lectura.

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