Hoy de nuevo os traigo una recomendación literaria. Se trata del libro de una autora argentina, convertida en serie de TV emitida en Cuatro, «Ciega a citas».
En él se describe el esfuerzo de una treinteañera por encontrar novio, instigada por una apuesta «secreta» que su madre hizo con su hermana pequeña, quien se va a casar antes que la protagonista.
Aventuras, desventuras, comeduras de tarro, cánones de belleza, etc. Una Bridget Jones latina, quizás.
Ya he comentado en otras ocasiones sobre los cánones de belleza que imperan en la sociedad actual, os remito a los siguientes enlaces al blog: http://conseguiremoslaluna.tformas.com/2014/09/el-cuerpo-de-una-madre.html o http://conseguiremoslaluna.tformas.com/2014/11/la-cultura-de-la-belleza.html.
Tengo que reconocer que, según qué días, me como más la cabeza con lo de sentirme guapa, estar más delgada, sacarme más partido y todas estas cosas. Aunque en realidad soy de las que piensan que donde estén unas buenas curvas, que se quite una talla 34 ó 36.
Nos obsesionamos demasiado, o nos «obligan» a obsesionarnos, con estar perfectas, tener un tipo estupendo, no pesar más de 50 kilos y estar siempre «divinas de la muerte».
En este libro se ven todas estas cosas: una madre a la que le gustan más las apareciencias y tener una «buena fachada» que lo que realmente quiere su hija, una protagonista a la que le gusta comer y que, realmente, no le va mal con los chicos, sólo que no encuentra a aquel con el que compartir su vida.
Es un libro entretenido, intercultural (aprenderás palabras que se usan en Argentina), te reirás, llorarás con la protagonista y hasta hablarás con ella indicándole qué personaje masculino le conviene más o menos.
Y tú, ¿qué prefieres: ser feliz de a poquito o estar constantemente obsesionado/a con mantener un físico determinado porque es lo que nos marca la sociedad?
Hace ya algunos días, han salido varios artículos que hablan sobre las campañas de publicidad que usan a «mujeres reales» (¿quién dice quiénes somos reales y quiénes no?) para promocionar sus productos. Grandes empresas han contratado a mujeres de «tallas grandes» como modelos, saltándose a la torera esas normas «no escritas» que llevaban circulando durante años por el mundo de la moda.
Creo que uno de los últimos ejemplos, después de la celebración del famoso desfile de ropa interior de Women’s Secret, es el que aparece en el artículo de prensa que os dejo a continuación, así como la imagen que finaliza este post.