Responsabilidad de los centros educativos

Una noche de la semana pasada, me sorprendió la llamada de una mamá cuyos hijos habían estado conmigo en La pandilla chancleta. Me llamó porque se acordaba que hicimos un pequeño taller con ellos, en el verano, sobre a qué peticiones teníamos que decir que ¡no!
Me estuvo relatando lo que había sucedido en el colegio con su hijo de 5 años y la respuesta del colegio no me sorprendió.

Lo que me contaba era un caso, bastante claro, de acoso escolar a varios niños de la misma edad. En el colegio la profesora no se había dado cuenta de la magnitud a la que había llegado el abuso, ya que el hecho que se narraba había sucedido en el comedor del colegio. Pero, me pregunto yo, ¿el comedor escolar no está dentro del centro educativo? ¿Lo que suceda dentro del recinto escolar no es responsabilidad, también, del centro escolar?
Volvemos a echar balones fuera, a lavarnos las manos ante determinadas situaciones que nos resultan incómodas o que no sabemos cómo parar o afrontar. Seguimos culpando, sin decirlo, a quien es víctima de estos actos de abuso, como os hablaba en un post en junio de este año http://conseguiremoslaluna.tformas.com/2015/06/revictimizacion-yo-culpabilizacion.html
No podemos contarlo a la dirección del colegio porque es una responsabilidad de la monitora o del monitor del comedor, no podemos hablar con los padres del niño o de la niña en cuestión porque «son cosas de críos». Pero claro, como hablaba con un amigo, ¿cuándo dejan de ser «cosas de críos»? ¿Cuándo será el momento de ponerle freno a estos chicos y chicas, niños y niñas, que se piensan que todo el mundo tiene que estar bajo su «pie»?
De la llamada de teléfono resalto dos cosas, para no extenderme más, pues quiero que reflexionéis:
1. Me siento orgullosa (más aún) de las cosas que hacemos en La pandilla chancleta, porque de una forma u otra calan tanto en los/as niños/as como en sus progenitores. Se leen lo que les damos, los niños y las niñas cuentan en casa de lo que hablamos. Y, encima, acuden a nosotros para pedirnos más información.
2. Estoy comprobando que, en muchos centros educativos (no quiero decir que en todos), cuando se les plantea un problema de abuso o acoso no saben qué hacer, cómo actuar. Muchos tienen protocolos de convivencia que no aplican o que lo aplican a medias. Se tiende a revictimizar y culpabilizar a quien denuncia una situación de acoso. Además parece que toda la responsabilidad la tienen las madres y los padres; pero no nos damos cuenta que, en los centros educativos, de las situaciones que sucedan en ellos, la responsabilidad pasa a ser del centro.
En casa tenemos que educar a nuestros/as menores, pero en los colegios e institutos hay que enseñar. No son dos compartimentos estancos e independientes. Hay que trabajar, como siempre repito no sólo en este contexto, en equipo, colaborar, coordinarnos. Pero esto nos resulta muy difícil y es más sencillo echar la culpa a los padres y madres o tratar de ocultar los problemas.
Como aparece en la imagen de abajo, el abuso/acoso no es un cuento. Hay que concienciar, hay que trabajar en las aulas y en las casas para que aprendan a decir que no; pero también hay que enseñarles que no se puede conseguir todo a cualquier precio, tienen que saber aceptar el «no» de otras personas.
En la pandilla chancleta trabajamos el abuso sexual a través de la regla de Kiko. Os dejo el  pdf del cuento y el vídeo. Espero que os sirva y os guste. Ya sabéis que es cosa de todos/as.
 

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