#GenerandoRedes

El viernes 13 de noviembre tuve una cita, online, con la igualdad.

Me volví a reencontrar con mis compañeras y amigas de Generando Igualdad. Fue un encuentro público que se hizo de rogar, pues, en realidad, se tenía que haber producido el jueves 12; pero problemas técnicos lo impidieron. Así que tuvimos que aplazar nuestra cita con la igualdad y la lucha contra la violencia de género para el día siguiente.

La idea era retomar la presentación de mi libro «Revictimizadas: migrantes y víctimas de violencia de género» que no se pudo realizar en el mes de abril en Madrid.

Una hora cuando la tenemos que compartir Montse y yo, no da para mucho. Por eso quiero traer aquí algunas de las preguntas que se quedaron en el tintero porque la conversación no dio para más.

GI: La ideología de género y la división sexual del trabajo (trabajo doméstico y cuidado) son cruciales para comprender quién migra y por qué. Las mujeres, que generalmente tienen menor control sobre los recursos materiales y simbólicos, son «enviadas», en ocasiones, a trabajar al extranjero, mientras que otras veces se les impide hacerlo. ¿Cómo viven ellas el proceso de migración?

R.L.M: Las mujeres migrantes, durante muchos años, han sido invisibilizadas en las estadísticas e informes que se encargan de estudiar las migraciones. Se pensaba que viajaban a remolque de los hombres; cuando, en numerosos casos, no era así. El proceso de migración lo viven con sentimiento de culpa por lo que dejan en su país de origen, con miedo y, en ocasiones, con falsas expectativas de encontrarse lo mejor de lo mejor. Cuando aterrizan en el país de destino, se dan de bruces con la realidad que se aleja mucho de la situación bucólica que se habían imaginado. Pero, además, tienen que luchar contra los prejuicios y el estigma.

GI: La desconfianza y la falta de recursos aumentan su vulnerabilidad ante situaciones de violencia por lo que, requieren un tipo de intervención y asistencia diferente. ¿En qué debería poner el foco o qué factores debería tener en cuenta esa atención más especializada?

R.L.M: Hay que tener en cuenta las características personales de cada mujer. Pero no sólo por ser migrante. Cada persona, en general, tiene una historia de vida: una personalidad, unas carencias, unas virtudes,… Es necesario trabajar basándonos, no sólo en la perspectiva de género y feminista, sino también teniendo en cuenta la interseccionalidad. Maravillosa palabra (y concepto) que aprendí en un curso de especialista que hice hace un par de años.

GI: Y sobre ellas sobrevuela el falso mito de las denuncias falsas para conseguir papeles… ¿Cómo desmontarlo?

¿A qué dificultades se enfrentan las mujeres migrantes cuando quieren denunciar, sobre todo si su residencia no es legal?

R.L.M: Datos, datos y más datos. Si nos vamos a las cifras oficiales en relación con los feminicidios o asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, a fecha de hoy, 41 mujeres han sido asesinadas. De éstas, sólo 6 habían interpuesto denuncia. Esto quiere decir que no toda la violencia de género que se produce se denuncia. De esta cifra, 17 mujeres asesinadas eran nacionales de otro país.

Las mujeres migrantes perciben, en la mayoría de los casos, a las instituciones públicas como una amenaza en lugar de como una forma de obtener protección. En muchos casos, estas mujeres tienen unas experiencias negativas cuando han solicitado ayuda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de su país de origen, por ejemplo.

También carecen de una red social de apoyo. Su familia se ha quedado en su país. Su círculo de amistades es escaso o inexistente porque dedican la mayor parte de su tiempo a trabajar o porque su pareja se ha preocupado de aislarla (igual que sucede con las mujeres nacionales españolas).

En otras ocasiones tienen miedo a ser expulsadas del país porque carecen de una situación administrativa regular; pues su pareja se ha quedado con su documentación, porque ésta se ha caducado y no puede renovarla porque depende de su pareja, etc. Miedo. Y el miedo es libre.

Falta de información y desconocimiento de los lugares, entidades que le pueden prestar ayuda.

GI: Tu libro ofrece un recopilatorio de recursos para profesionales, ¿verdad?

R.L.M: Mi libro no ofrece un recopilatorio de recursos. Mi libro recoge entre sus páginas las conclusiones a las que llegué después de hablar con 27 profesionales de diferentes ámbitos: Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Abogadas y Abogados de ONG’s, psicólogas, trabajadoras sociales, profesionales de organismos provinciales, políticas nacionales y de Castilla y León, profesionales de la sanidad, etc.

Pero no sólo esto, sino una ardua investigación de más de 4 años. Llevando a cabo un análisis de la situación, centrándome en Castilla y León.

GI: En otro ámbito de cosas, ¿crees que el término violencia de género se vería mas reforzado en su totalidad si se tratara como en América Latina de feminicidio?

RL.M: Tenemos que tener claro que el feminicidio, según Marcela Lagarde, es el asesinato de mujeres, siendo la cúspide del iceberg que nos mostraba gráficamente Amnistía Internacional. ¿Debe emplearse? Sí. Hay que avanzar en la terminología. Para ello es necesario unificar conceptos y tenerlos claros. Pero no podemos olvidar que el feminicidio es una de las formas de ejercer violencia sobre las mujeres, por el hecho de ser mujer. Se trata de otra forma de mostrar el abuso de poder, la desigualdad y discriminación existente entre hombres y mujeres.

GI: ¿Cuál ha sido tu experiencia trabajando con mujeres víctimas de violencia de género?

R.L.M: He tenido contacto con mujeres víctimas de violencia de género gracias a los talleres de empoderamiento que realicé, en su momento, en Cruz Roja Salamanca y en Generando Igualdad. Después, por mi trabajo como técnica en prevención y sensibilización, se han acercado a mí mujeres de diferentes edades para contarme sus experiencias o solicitando ayuda en la asociación en la que he trabajado.

Mi experiencia en los talleres fue fantástica. He conocido mujeres de diferentes tipos, de distintas clases, de distintos lugares que lo que querían era vivir tranquilas, en paz consigo mismas. Son mujeres valientes, aunque no lo sepan, con arrojo y con ganas de tirar para adelante.

ASI nos luce el pelo

No, un maltratador no es, ni será, un buen padre.

Nos lo pueden decorar con el mejor y el más bonito papel de regalo del mundo, con un lazo que oculte el interior, pero no lograrán convencerme de que quien agrede, de cualquier manera, es un amoroso padre, preocupado por el bienestar físico, emocional y psicológico de sus hijas e hijos.

¿Queréis conocer el daño que se le causa a una hija y/o hijo por parte de un padre que maltrata?

Seguid la cuenta en Twitter de @HMaltratador y podréis ver y leer el daño que causa un «hombre» a quienes, supuestamente y por ley natural, debería querer y proteger.

Hay hombres que buscan cualquier manera de hacer daño a las mujeres con las que compartieron «vida». Si no se lo hacen directamente a ellas, se lo hacen utilizando otras herramientas: sus propias hijas y sus propios hijos.

¿En qué mente cabe que puedas dañar, en todos los aspectos, a un ser, menor de edad y necesitado de protección, de acompañamiento en el aprendizaje?

Después de muchos años trabajando sobre estos temas, aún no lo puedo asimilar.

Hay hombres que luchan por la custodia de sus hijas e hijos, pero no por un interés real por estar presentes, de forma positiva, en la vida de estas/os menores, sino porque es una manera de seguir dañando y perjudicando a la mujer, a la madre de sus hijas e hijios, de darle donde más les duele a ellas.

Hay padres que maltratan física y sexualmente a estas/os menores y que se sentirán ultrajados cuando la madre acuda al juzgado a interponer una denuncia por estos hechos. Se darán golpes en el pecho y llorarán, gritando a los cuatro vientos que como osa esa mujer decir tal cosa, que todo lo hace para perjudicarle y poner a sus hijas e hijos en su contra. Aludirán a una manipulación de estas/os menores por parte de la madre para hacerle daño a él. Es decir, en términos técnicos, acudirán a la figura, no reconocida, del SAP para lograr crear un desconcierto y generar dudas alrededor de la denuncia interpuesta por la madre.

Pero no podemos olvidar la cantidad de mitos que existen en torno al delito de abuso sexual infantil (ASI). Para ello, comparto la infografía creada por la asociación REA (autora de la imagen anterior):

Aunque nos cueste creerlo, la realidad es que las personas más cercanas son quienes más daño nos pueden hacer.

El abuso sexual infantil (ASI) existe. No es algo que se inventen las/os menores para llamar la atención. Es algo que se produce y que ellas/os no entienden, porque se lo plantean como un «juego», un «secreto» (y los secretos son siempre buenos ¿verdad?), como una manera de ser «cómplices» y tener algo entre ambas personas. No les entra en la cabeza que quien les tienen que proteger y acompañar a lo largo de su vida apoyándoles y enseñándoles, les hagan daño a nivel físico y a nivel psicológico.

La culpa no es de estas/os menores. La CULPA es de la persona adulta.

Me puede la rabia, la indignación, la impotencia. Cada vez tengo más claro la idea de que un maltratador NO ES, NI SERÁ, UN BUEN PADRE. Se pongan como se pongan, lo diga quien lo diga.

Encuentro Nacional de Puntos Violetas

El pasado 23 de marzo, tuve la suerte de participar, como representante de Adavas Salamanca (que forma parte de FAMUVI), en el I Encuentro Nacional de Puntos Violetas que se celebró en Getafe, organizado por su Ayuntamiento y por la Fundación ASPACIA.
Comenzamos escuchando a la presidenta de la Fundación ASPACIA quien nos explicó el concepto de violencia sexual y cómo trabajan en su organización. 

A continuación, contamos con la participación de tres representantes de los Ayuntamientos de Coslada, Fuenlabrada y Pamplona (Iruña) quienes nos relataron las actividades, propuestas y medidas que están llevando a cabo para que sus ciudades estén libres de agresiones sexuales.



Antes de la comida que se llevó a cabo en la Casa de Extremadura, tuvimos la mesa de experiencias que compartí con las compañeras de Getafe, Castilla-La Mancha y Pamplona. Fue maravilloso escuchar cómo trabajan, lo que consiguen, el tiempo que llevan desarrollando los Puntos Violetas, la entrega, el entusiasmo y las ganas de seguir haciendo cosas hasta erradicar por completo este tipo de violencia.

Nos dimos cuenta que es necesario e imprescindible el trabajo en red, no sólo entre las distintas asociaciones y entidades sin ánimo de lucro que llevamos tiempo trabajando, sino que también se tiene que contar con las Administraciones públicas y las entidades privadas. 

Tras la comida, tuvimos tres mesas de trabajo donde abordamos los retos de los Puntos Violeta, se debatió sobre si los hombres deberían estar presentes en los mismos o no. Para finalizar con un Plenario donde se pusieron encima de la mesa todas las conclusiones a las que se habían llegado.

La jornada terminó con la actuación de «El Drogas», quien puso el punto final a un sábado de trabajo, escuchar, compartir, dialogar, aprender…

Prensa: 
Para finalizar este post os dejo un «descubrimiento» que he hecho hace unas semanas: Rayden y su «Caza de pañuelos». 


«Libre» elección académica

Mientras el derecho al voto para los hombres fue un hecho desde tiempo inmemorial, las mujeres tuvimos que esperar hasta 1931 para obtenerlo en España. Lo tenemos gracias a Clara Campoamor y sus compañeras Victoria Kent y Margarita Nelken. Parece que fue hace mucho tiempo, pero para la Historia no son tantos 88 años. No se habla del derecho al voto de los hombres, porque siempre lo han tenido, en ningún momento se ha cuestionado su existencia.
En los estudios, el acceso de la mujer también fue tardío. Concepción Arenal se tuvo que disfrazar de hombre para poder asistir como oyente a la Universidad de Madrid (Facultad de Derecho de la actual Universidad Complutense) y a las tertulias intelectuales, por ejemplo.
        Hoy en día no nos podemos imaginar los pasillos de los colegios, de los institutos de secundaria, bachillerato y FP, y de las universidades sin el intercambio de frases y risas de chicas y chicos. Es impensable, en nuestra sociedad española, que se hable de la prohibición de que chicos o chicas estudien lo que quieran.
   
Al principio, cuando aún era impensable que las mujeres pudieran acceder a estudios universitarios, que era lo más de lo más, las mujeres nos teníamos que conformar con estudiar en los monasterios o dedicarnos a la enseñanza: maestras de pueblo, institutrices, cuidadoras de la descendencia de otras familias.
        La primera mujer matriculada en una universidad española lo consiguió en el año 1872: María Elena Maseras Ribera lo hizo en la Facultad de Medicina de Barcelona, previa autorización del Rey. La primera mujer licenciada en Medicinafue Dolors Aleu i Riera, siendo la segunda en alcanzar el título de Doctora.
        Hasta 1910 no se generalizó la incorporación de la mujer a los estudios universitarios. En concreto, fue el 8 de marzo de 1910 cuando se permitió la matriculación de las mujeres en las universidades públicas. Hasta entonces, las mujeres podían asistir a centros privados o como oyentes, pero siempre necesitando la autorización del Consejo de Ministros para su inscripción como alumnas oficiales.
        ¿Qué sucede en la actualidad? Nos venden el mensaje de que la igualdad ya se ha alcanzado, que hombres y mujeres tenemos las mismas opciones y las mismas posibilidades. Pero la realidad es sutil, pero está ahí aunque no queramos verla.
      
        Centrándonos en la Formación Profesional, es curioso comprobar como el número de chicas estudiando en la modalidad a distancia es superior al de chicos tanto en la FP Grado Medio como en el Grado Superior.
FP GRADO MEDIO
FP GRADO SUPERIOR
HOMBRES
10.096
14.916
MUJERES
12.402
24.397
     
   ¿Qué nos dice el género que tenemos que estudiar? ¿En qué nos dice el género que tenemos que trabajar? 
      
      Los sectores de estudio en FP van desde actividades agrarias, pasando por actividades físicas-deportivas, marítimo-pesqueras, administración y gestión, artes gráficas, comunicación e imagen, electricidad y electrónica, imagen personal, informática-comunicaciones, sanidad, servicios socioculturales-a la Comunidad, vidrio-cerámica, artesanías, seguridad y medio ambiente, entre otros.
        Por ramas, es destacable como los chicos os decantáis más por estudiar actividades agrarias, marítimo-pesqueras, artes gráficas, comunicación, electricidad, informática que otros estudios como administración, imagen personal, sanidad o servicios socioculturales y a la comunidad, donde hay una mayor representación de mujeres.
        Si os dais cuenta, seguimos perpetuando los roles de género que se establecieron hace años.
   
¿Qué sucede cuando entramos en el mercado laboral

El reparto, a nivel mundial, es el que muestra la imagen anterior. De nuevo nuestros caminos, el de los hombres y el de las mujeres, siguen marcados. Nos seguimos dedicando, mayoritariamente, a todo aquello que nos han dicho que nos tenemos que dedicar.
        Poco a poco, con esfuerzo, los espacios de dirección se están abriendo a las mujeres. Pero aún no estamos suficientemente representadas.
       La mujer, por ejemplo, no aparece como máxima responsable de una Universidad. Por ejemplo, en Salamanca, teniendo dos Universidades, sólo la Universidad Pontificia ha tenido, y tiene, una rectora. La USAL tuvo en el 2017, la primera candidata a ser rectora.
        Según aparece en la Wikipedia, entre 1979 y 1980, hubo una rectora en funciones que se llamó María Dolores Gómez Molleda, debido a la cesión del anterior rector.
        En la actualidad, según un artículo publicado en El País en el año pasado, sólo 4 rectoras dirigen las Universidades públicas españolas (50): Universidad de Granada (Pilar Aranda), Universidad Autónoma de Barcelona (Margarita Arboix), Universidad del País Vasco (Nekane Balluerka) y la Universidad de Huelva (María Antonia Peña).
¿Realmente nuestras elecciones académicas son libres? Os lo dejo a vuestra reflexión.

Acoso

ACOSO
Dícese de aquella persona que hostiga, persigue o molesta a otra.

Podemos hacer la siguiente distinción:
  1. Acoso sexual.
  2. Acoso laboral.
  3. Acoso callejero.
  4. Acoso sexual por razón de sexo.
  5. Acoso sexual académico.
  6. Acoso sexual laboral.
  7. Acoso escolar.


En todos ellos prima la posición de superioridad de quien acosa sobre la persona acosada. Es decir, quien acosa se vale de su poder para amenazar, amedrentar, hostigar, perseguir, molestar a la otra persona; a quien considera inferior.


Nuestro Código Penal, desde el año 2015, recoge el delito de stalking, o acoso, dentro de los delitos contra la libertad. En concreto, el art. 172 ter establece que será penado quien acose a una persona llevando a cabo, de forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente autorizado, alguna de las conductas que describo a continuación, y que alteran gravemente el desarrollo de la vida cotidiana de quien es acosada:
  • Vigilancia, persecución o búsqueda de cercanía física.
  • Establecimiento, o intento de hacerlo, de contacto con ella a través de cualquier medio de comunicación, o por medio de terceras personas.
  • Haciendo uso indebido de los datos personales, adquisición de productos o mercancías, o contratación de servicios o consigue que terceras personas se pongan en contacto con ella.
  • Atentado contra su libertad o patrimonio, o contra la libertad o patrimonio de una persona próxima a ella.
Hay muchas personas que se valen de su rango académico, laboral o personal para intentar amedrentar, coartar a otra persona que consideran que debe hacer lo que la persona acosadora diga o quiera. También se valen de las amenazas o coacciones para evitar, en algunos casos, que determinadas actividades, que no son del todo legales, correctas o éticamente válidas, salgan a la luz o sean denunciadas.

Son numerosos los casos de acoso, de cualquier tipo, que no salen a la luz por distintos motivos: vergüenza, miedo, culpa, pánico a que las amenazas se conviertan en realidad… Y de esto se valen las personas «poderosas». No sólo es lo que digan (lenguaje verbal), sino lo que no dicen (lenguaje gestual), el ambiente en el cual se produce el acoso, las amenazas, las coacciones. También quien acosa es conocedor, quizás, de la inocencia, de la ignorancia de las vías que posee para denunciar (no tiene por qué ser en una comisaría o cuartelillo),  de la juventud que la hice inexperta… Y de todo eso se vale para crear ese ambiente de terror que le lleva a obtener lo que quiere y a que reine el silencio.

En diferentes ámbitos se produce: jefes que se consideran los reyes e intocables y que consiguen que las personas trabajadoras hagan lo que no tienen estipulado en el contrato por temor a perder su trabajo; profesorado que amedrenta al alumnado; personas que se creen con tanto poder como para amenazar a jóvenes con quitarles aquello que más ilusión le hace si no dejan de hacer ruido para dar a conocer las injusticias y los atropellos que se están cometiendo en una entidad que se vanagloria de siglos de excelencia y que lo que hace es barrer la mierda y esconderla debajo de la alfombra.

ACOSO

Abejarock

Hace un poco más de una semana me encontraba ultimando en la oficina todo lo necesario para la instalación del Punto Violeta en el festival de rock «Abejarock».

Ha sido la primera vez que organizaba algo del estilo y tengo que agradecer el apoyo y la información facilitada por otras compañeras de otras entidades. 

Después de varias reuniones con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la Seguridad Privada del evento, la asociación organizadora desde Béjar (AMDEVE) y con las personas voluntarias; así como la preparación de nuestras camisetas identificativas, carteles, faldones y la formación pertinente, ya lo teníamos todo preparado y listo para comenzar.

Ha sido más de un mes de organización que ha merecido muchísimo la pena. El deseo que teníamos para esa noche taaaan larga se cumplió: nos aburrimos muchísimo, no tuvimos que atender ningún caso. Fue un evento musical muy tranquilo y pudimos disfrutar del concierto de todos los grupos rockeros que participaron. 
Dos de los grupos hicieron alusión al «No es No», el escenario se tiñó de morado, y nosotras saltamos apoyando el grito de los cantantes y sus consignas.

Muchas personas se acercaron a nuestro stand a interesarse por la  información que dábamos. Repartimos folletos que hablaban sobre Adavas y el consentimiento necesario en las relaciones sexuales. Pero lo que más éxito tuvo fueron las pulseras, con el slogan «No es No», que hizo una de nuestras voluntarias (Marisa) y las chapas que regalábamos de «Super Violetas» https://supervioletas.com/  (GRACIAS A AMBAS). La gente se acercaba expresamente a por las pulseras y nos daban las gracias por estar y por informar.

También invitábamos, a quien quisiera, a que dejara reflejado su mensaje contra la violencia sexual en nuestro «Árbol mensajero». Durante toda la tarde y toda la noche, hombres, mujeres, niños, niñas… se acercaban a escribir su mensaje en nuestros post-it de colores y los pegaban en los dos árboles que sujetaban dos de las esquinas de nuestra carpa.


Fue una noche en la que compartimos mensajes, conversaciones, música, compañerismo, solidaridad, entusiasmo y sensibilizamos a la gente menuda y no tan menuda.

Ha sido una experiencia estupenda que ojalá no se tuviera que volver a repetir. Pero la realidad es, como comentábamos esa noche y los días previos y posteriores, son espacios necesarios para prevenir y sensibilizar. Hay que dejar las cosas claras, tener un mensaje de rechazo hacia todo tipo de violencia, centrarnos en desterrar la cultura de la violación, detener nuestro mensaje, no sólo en la protección de las mujeres, sino en la prevención y en la educación de los hombres de todas las edades en el respeto hacia todas las personas, en especial hacia las mujeres.



¡¡¡¡¡NO ES NO!!!!